En 1989, los impactantes asesinatos de José y Kitty Menéndez a manos de sus dos hijos, Lyle y Erik Menéndez, captaron la atención de todo el país. El escalofriante drama que rodeó este caso criminal sigue fascinando a miles de personas, convirtiendo la historia de los hermanos Menéndez en una de las más comentadas en la historia criminal de Estados Unidos.
Lo que parecía una familia próspera y feliz se convirtió rápidamente en el foco de un crimen horrible cuando Lyle y Erik fueron acusados del brutal asesinato de sus padres en su mansión de Beverly Hills. A lo largo de los años, han surgido muchos detalles inquietantes sobre el caso, lo que lo ha convertido en uno de los más notorios en los anales del crimen estadounidense.
La próxima serie Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story se adentra en este inquietante caso. La serie está protagonizada por Nicholas Chavez como Lyle Menendez y Cooper Koch como Erik Menendez, con Javier Bardem interpretando a José Menendez y Chloë Sevigny como Kitty Menendez. Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story se estrenará el 19 de septiembre de 2024.
Aquí hay cinco detalles inquietantes sobre los crímenes de Lyle y Erik Menéndez que subrayan la tragedia que rodea a su familia.
5 datos inquietantes sobre los crímenes de Lyle y Erik Menéndez
1) La conspiración a sangre fría de los asesinatos
El nivel de planificación involucrado en los asesinatos de Menéndez es quizás el aspecto más escalofriante. Apenas dos días antes del crimen, Lyle y Erik adquirieron escopetas, e incluso viajaron cientos de millas a otro condado para evitar sospechas.
La noche de los asesinatos, esperaron a que sus padres estuvieran juntos en la sala de estar antes de lanzar el ataque. José Menéndez fue el primero en recibir el disparo y, cuando Kitty intentó huir, le dispararon varias veces hasta matarla. La precisión y la compostura que exhibieron los hermanos durante el crimen indican claramente que se trató de un asesinato premeditado.
2) La escena del crimen presentada como un asesinato de la mafia
Después de cometer los asesinatos, Lyle y Erik intentaron disfrazar su responsabilidad presentando la escena como una ejecución de la mafia. Dados los antecedentes de José Menéndez como un exitoso hombre de negocios vinculado a la industria del entretenimiento, los hermanos creyeron que los investigadores concluirían que había un motivo arraigado en la venganza empresarial.
Incluso dispararon a sus padres en las rodillas, una táctica que suele asociarse con los asesinatos de la mafia, para despistar aún más a los investigadores. Este acto calculado de distracción añade una dimensión escalofriante al crimen.
3) Su derroche de dinero después de los asesinatos
Después de los asesinatos, Lyle y Erik se embarcaron en una ola de gastos extravagantes que atrajeron la atención del público. Se permitieron compras suntuosas, como automóviles de alta gama, ropa de diseño, relojes de lujo e incluso un restaurante.
Las compras de Lyle incluían un Porsche y un reloj Rolex, mientras que Erik derrochaba dinero en clases de tenis y entrenadores personales. Este estilo de vida extravagante, financiado con el patrimonio de sus padres fallecidos, levantó las alarmas para los investigadores y mostró su desprecio por las consecuencias de sus acciones.
4) La confesión de Erik a su terapeuta
Un momento crucial en el caso se produjo cuando Erik le confesó a su psiquiatra, el Dr. Jerome Oziel, su participación en los asesinatos. Durante una sesión de terapia, Erik reveló los detalles de los asesinatos. Su confesión se mantuvo confidencial hasta que su novia la escuchó y la denunció a la policía.
Esta revelación proporcionó a la policía el avance que necesitaba para arrestar a los hermanos, y las sesiones grabadas se convirtieron en evidencia crucial durante el juicio.
5) Denuncias de abuso y estrategia de defensa
A lo largo de su largo juicio, Lyle y Erik Menéndez afirmaron que habían matado a sus padres por temor a perder la vida y que habían sufrido años de abuso sexual y emocional a manos de su padre, José. Declararon que creían que sus padres los matarían debido a la gravedad del abuso.
Aunque muchos observadores consideraron que estas afirmaciones eran una petición de compasión para evitar una condena, constituyeron el eje de la estrategia de la defensa y generaron una gran controversia en torno al caso. Este argumento finalmente llevó a que se declarara nulo el primer juicio; sin embargo, tanto Lyle como Erik Menéndez fueron condenados en un nuevo juicio posterior.
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