Explicado: Tártaro en My Hero Academia

Explicado: Tártaro en My Hero Academia

Información esencial

  • Tártaro garantiza la estabilidad social al confinar a los villanos de alto riesgo a través de sistemas de seguridad de última generación.
  • La arquitectura distintiva de la prisión presenta camisas de fuerza, asientos avanzados, pasillos fortificados y sensores de monitoreo inteligentes.
  • Los reclusos están bajo vigilancia constante mediante cámaras, guardias armados y áreas de visita monitoreadas para frustrar cualquier plan de fuga.

En el universo de My Hero Academia , la presencia de formidables villanos con peligrosas peculiaridades y motivos maliciosos plantea un peligro significativo para la comunidad de héroes. A medida que estos villanos desatan el caos, los héroes se ven obligados a tomar medidas extremas para mantener el orden. Desafortunadamente, algunos adversarios parecen vigorizados por el desorden y no se inmutan ante las persecuciones agresivas destinadas a capturarlos. En consecuencia, una vez detenidos, los héroes se esfuerzan diligentemente para garantizar que estas fuerzas malévolas permanezcan tras las rejas. Para facilitar este objetivo, se construyó Tártaro, una prisión de alta seguridad creada expresamente para albergar a villanos volátiles que ejercen peligrosas peculiaridades.

¿Qué es lo que realmente hace que Tartarus sea una penitenciaría confiable? Este artículo analiza en profundidad los protocolos de seguridad, las características distintivas y los métodos operativos de Tartarus para revelar qué hace que esta prisión sea tan efectiva.

¿Qué diferencia a Tartarus?

La innovadora penitenciaría mantiene el orden social confinando a criminales peligrosos

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El Tártaro está equipado con mecanismos de defensa de última generación y medidas de seguridad superiores para encarcelar eficazmente a los delincuentes de alto riesgo. Ubicada estratégicamente en una isla a aproximadamente tres millas del continente, solo se puede acceder a la prisión a través de un puente que la conecta con el mundo exterior. Grandes puertas aseguran ambos extremos del puente para disuadir el acceso no autorizado, y se realizan inspecciones exhaustivas de todos los vehículos que ingresan a las instalaciones. En caso de emergencia, el puente está diseñado para colapsar en secciones, lo que minimiza la probabilidad de escape o entrada no autorizada.

La instalación consta de seis bloques de celdas, cada uno de ellos adaptado para alojar a reclusos con distintos niveles de amenaza. Los villanos con peculiaridades especialmente potentes son aislados unos de otros por razones de seguridad. La gravedad de las ofensas de un villano determina la profundidad de su confinamiento, y los criminales más peligrosos son alojados hasta a 500 metros bajo el nivel del mar, como en el caso de All For One.

Una vez encarcelados, los reclusos de Tartarus sufren importantes restricciones en sus libertades. Se les obliga a llevar camisas de fuerza que les cubren todo el cuerpo y se les sienta en sillas de alta tecnología diseñadas para sujetarlos de forma eficaz. Los pasillos y las puertas de la prisión están fortificados con acero y diseñados para resistir los intentos de fuga de los villanos con habilidades destructivas. El diseño fuertemente blindado hace que los intentos de fuga sean casi inútiles.

Además de las camisas de fuerza y ​​los asientos adelantados, el personal de Tartarus emplea otras estrategias para mantener el control sobre los reclusos. Cada celda está equipada con numerosas cámaras para garantizar la observación constante de los prisioneros. Los guardias están constantemente alerta para detectar cualquier comportamiento inusual de los reclusos, armados con armamento de última generación y autorizados a emplear medidas letales si es necesario. Para mejorar la seguridad, todas las comunicaciones entre el personal de Tartarus se graban y se monitorean meticulosamente.

Además, hay sensores inteligentes colocados estratégicamente por toda la prisión para seguir la actividad de los reclusos. Estos sensores no solo controlan los signos vitales, sino que también detectan cambios sutiles en el comportamiento. Tienen la capacidad de reaccionar automáticamente; si un villano intenta utilizar su don, corre el riesgo de ser atacado por armas automáticas.

Los reclusos más peligrosos del Tártaro reciben sustento a través de sondas de alimentación y líquidos intravenosos. Las fuerzas del orden y los Pro Heroes pueden interactuar con ellos con fines de investigación en salas de visita especialmente diseñadas, donde las conversaciones se producen a través de una mampara de cristal. Al igual que las celdas de los reclusos, estas áreas están vigiladas y proporcionan a los guardias una visión completa de las interacciones. Las habitaciones también están equipadas con computadoras que rastrean la actividad de las ondas cerebrales de los prisioneros, lo que proporciona a los funcionarios una idea de sus pensamientos.

Además, las salas de visitas están equipadas con sistemas de vigilancia por audio para grabar las conversaciones entre los reclusos y sus visitantes. Se trata de una medida de seguridad crucial para evitar que los reclusos compartan información confidencial o planifiquen una fuga mediante la manipulación. Todas estas estrategias de seguridad se combinan para convertir a Tartarus en una fortaleza casi impenetrable.

En un mundo plagado de desafíos, una instalación como Tartarus infunde confianza y seguridad entre la población, algo esencial para mantener la armonía social. Aunque puede ser un entorno deprimente para quienes están confinados allí, el objetivo general de Tartarus es priorizar la seguridad y el bienestar de la comunidad por encima de las preocupaciones individuales.

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