La visita de 15 minutos de Donald Trump a McDonald’s enciende los chistes sobre el brote de E. coli

La visita de 15 minutos de Donald Trump a McDonald’s enciende los chistes sobre el brote de E. coli

Las acciones de McDonald’s han sufrido una caída debido a una conexión con un reciente brote de E. Coli. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han confirmado que las cebollas utilizadas en sus hamburguesas Quarter Pounder pueden estar contaminadas y, a pesar de los esfuerzos de la empresa por controlar la situación, es un poco tarde para evitar las consecuencias.

Lamentablemente, entre los 49 casos notificados, ya ha fallecido una persona a causa de la enfermedad. Si bien el incidente en sí es grave, los usuarios de las redes sociales han encontrado un giro humorístico y oscuro: este brote coincide con la reciente maniobra publicitaria de Donald Trump en un McDonald’s.

El expresidente y delincuente convicto fingió trabajar en un McDonald’s en Feasterville, Pensilvania, esta semana, supuestamente inspirado por el empleo anterior de la vicepresidenta Kamala Harris en un McDonald’s, una afirmación que sus partidarios a menudo sostienen que es inexacta, a pesar de la falta de pruebas. La distribución de papas fritas por parte de Trump fue más o menos lo que uno podría esperar de él: absurda, inconexa y escenificada. Todos los «clientes» fueron preseleccionados y el restaurante estuvo cerrado durante este evento.

Además, la situación era bastante insalubre, ya que Trump no llevaba redecilla para el pelo (¿qué otra cosa podíamos esperar de alguien que se queda mirando los eclipses solares?). Ahora, ha surgido una especie de humor que lo vincula con el susto de la E. Coli.

Curiosamente, el brote de E. coli puede vincularse indirectamente con Trump, aunque no de la forma en que se podría pensar. Su administración desmanteló muchas normas de seguridad , incluidas las directrices cruciales en torno a la producción y distribución de carne. Este tipo de brotes son inevitables en estas circunstancias. Irónicamente, Trump, a pesar de su afición por McDonald’s, no es el que enfrenta riesgos para la salud. Pero incluso si se viera afectado, es dudoso que vincule sus políticas con cuestiones de salud pública. Su enfoque sigue estando en el poder y en trucos publicitarios superficiales.

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