Esta reseña se publicó inicialmente el 29 de agosto de 2024, como parte de nuestra cobertura del Festival de Cine de Venecia.
Descripción general de *María*
*Maria* marca el tono desde las primeras escenas, presentando una conmovedora representación de la reconocida diva de la ópera Maria Callas, interpretada por Angelina Jolie. Ambientada en septiembre de 1977, la película explora sus últimos años marcados por el deterioro de su salud mental y un control cada vez más frágil de la realidad. Alguna vez rodeada de admiradores que la adoraban y un séquito vibrante, Maria ahora encuentra su mundo confinado a la compañía de su devoto mayordomo (Pierfrancesco Favino) y su criada (Alba Rohrwacher), quienes están profundamente preocupados por su bienestar. Mientras lidia con los efectos de la medicación, sus alucinaciones la llevan a participar en conversaciones imaginarias, mientras que su desdén por los profesionales médicos crece a medida que intentan imponer sus verdades aleccionadoras.
Sin embargo, esta representación se aleja del arquetipo de una figura trágica. Dirigida por Pablo Larraín, *Maria* arroja luz sobre cómo Callas a menudo ha tenido su narrativa dictada por otros. En esta fase de su vida, toma las riendas de su propia historia . La película presenta a una cineasta ficticia (Kodi Smit-McPhee) que representa sus visiones inducidas por las drogas, capturando sus reflexiones sobre su pasado mientras toma el centro del escenario en su propia historia en desarrollo. A pesar de las interrupciones de la realidad, esta experiencia cinematográfica se siente como una narrativa personal elaborada para expresar sus pensamientos e ideas más íntimos.
Opciones creativas que se destacan en *María*
Secuencias de canto memorables
La película muestra un tapiz complejo de decisiones creativas que evocan admiración, aunque las opiniones pueden diferir sobre su eficacia. Larraín entrelaza hábilmente elementos metanarrativos con los episodios surrealistas de María, sin dejar de lado el intento de engañar a la audiencia. La película logra un equilibrio entre el humor y las observaciones conmovedoras sobre cómo los demás perciben e interactúan con María a lo largo de su lucha.
Si bien aprecio la oportunidad de participar en debates sobre las elecciones artísticas de Larraín, no me siento obligado a volver a abordar estos elementos de inmediato. La película oscila entre varios planos temporales, ya que María se aleja con frecuencia del presente, recurriendo a recuerdos, sueños u otras experiencias etéreas. Estas secuencias son visualmente impactantes y muestran una paleta notablemente adaptable que enfatiza los contrastes.
Cabe destacar que el impacto emocional se intensifica durante los momentos en que María canta. Aunque sus mejores momentos como intérprete ya quedaron atrás, Callas emprende un viaje para recuperar su otrora celebrada voz. Mientras canta, la película la catapulta de regreso a los momentos en que interpretó por primera vez esas mismas piezas, sumergiendo al público en su nostalgia.
La película contrasta intencionalmente la interpretación que Angie Jolie hace de una María disminuida con grabaciones auténticas de la vibrante La Callas. Mientras el público escucha y presencia destellos del inmenso talento de La Callas, al mismo tiempo destaca la lucha de María por recuperar lo que ha perdido. La profunda disparidad es palpable, no solo en el sonido sino también en el dolor reflejado en los ojos de Jolie.
Reflexiones sobre *María*: ingenio vs. compromiso emocional
Aunque *María* está llena de elementos admirables y actuaciones notables de Jolie, mi conexión emocional con la película se sintió limitada. A menudo me sentí distante de ciertas escenas, lo que creó una barrera emocional. Aunque algunas películas resuenan más intelectualmente que emocionalmente, *María* se destaca como una que exuda tanta confianza en su arte que me costó obtener satisfacción de la mera admiración.
Esto me lleva al principal desafío que me plantea la película. Reconozco que muchos espectadores pueden identificarse profundamente con *María* y sentirse completamente cautivados por su narrativa y el arte de su dirección. Sin embargo, mi recomendación tiene algunas reservas . Puedo apreciar el mérito de la película y sus elementos que invitan a la reflexión, pero no puedo negar mi renuencia a volver a examinar sus complejidades en el futuro cercano.
*María* se estrenó en el Festival de Cine de Venecia y estuvo disponible en cines selectos el 27 de noviembre. Actualmente se puede ver en Netflix, tiene una duración de 124 minutos y tiene una clasificación R debido a cierto lenguaje y una referencia sexual.
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