Los jugadores de Baldur’s Gate 3 simplemente no confían en el Emperador después de la interacción con el «combustible de pesadilla»

Los jugadores de Baldur’s Gate 3 simplemente no confían en el Emperador después de la interacción con el «combustible de pesadilla»

Los jugadores de Baldur’s Gate 3 están una vez más confundidos acerca de la ética del Emperador después de una experiencia particularmente desgarradora en el Acto 3 con Raphael.

El Emperador siempre ha sido uno de los personajes moralmente más grises de Baldur’s Gate 3 . Claro, parece honorable y te protege de ser corrompido por el culto al Absoluto, pero la forma en que lo hace es, en el mejor de los casos, cuestionable.

Tampoco podemos olvidar que te considera el increíble guardián de los sueños que pasaste horas creando al comienzo del juego. Eso no es algo que podamos perdonar fácilmente.

Cuando comienza el Acto 3, a los jugadores se les presenta una amplia variedad de formas de abordar el final del juego, una de las cuales implica traicionar al Emperador y unirse a Raphael, quien busca la corona de Netherite que usa el Cerebro anciano.

La interacción del Acto 3 hace que los jugadores vean al Emperador bajo una luz diferente

Sin embargo, el impacto de esta interacción en tu relación con el Emperador ha hecho que algunos jugadores sean mucho más cautelosos con los illita, y uno incluso los califica como “combustible de pesadilla”.

Después de hablar con Rafael sobre sus planes de tomar la corona, el Emperador casi de inmediato exige saber por qué no pudo leer tus pensamientos durante la conversación, lo que llevó a un jugador a preguntar: «¿Alguien más tuvo el impulso de asesinar directamente?». ¿El Emperador después de encontrarse nuevamente con Raphael en Baldur’s Gate, cuando descubres que El Emperador estuvo escuchando tus pensamientos durante todo el juego?

“Supongo que realmente no me di cuenta de que el visitante del sueño en el Prisma Astral era un illita significaba que este illita estaba escuchando mis pensamientos todo este tiempo, hasta que lo admitió directamente.

“Maldita sea, el horror corporal en este juego, desde renacuajos en los globos oculares hasta tener hijos de puta psiónicos retocando todo tu espacio mental. Combustible de pesadilla”.

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