Información esencial
- La intervención milagrosa de Mimihagi, el Brazo Derecho del Rey de las Almas, mejoró significativamente la grave condición pulmonar de Ukitake.
- Ukitake hizo el máximo sacrificio de su vida prestada para restaurar la estabilidad de la Sociedad de Almas, un destino que estaba destinado a cumplir desde el comienzo del arco de la historia.
- Incluso con su grave enfermedad, las habilidades excepcionales de Ukitake como Shinigami y la comprensión de la verdadera esencia de Mimihagi resaltan su altruismo.
En el tercer episodio de BLEACH: Thousand-Year Blood War Part 3 , titulado «The Dark Arm», el capitán del escuadrón 13 Jūshirō Ukitake revela las razones detrás de su enfermedad crónica y explica cómo su condición pulmonar crítica se mitigó a través de la asistencia divina de Mimihagi, una deidad venerada en Sakahone, ubicado en el Distrito 76 del Rukongai.
Como Yhwach representa una grave amenaza para todo el reino al intentar eliminar al Rey de las Almas, Ukitake inicia un ritual para devolverle la vida que tomó prestada de Mimihagi, quien resulta ser el brazo derecho del Rey de las Almas. Este artículo revela la historia de fondo de Ukitake y la naturaleza profunda de su sacrificio.
Una juventud muy afectada por la enfermedad
La crisis infantil de Ukitake
“Señor Mimihagi, Señor Mimihagi. Cura a nuestro hijo y acaba con la enfermedad que asola su cuerpo.
Señor Mimihagi, Señor Mimihagi. La mano celestial desde arriba… concédenos tu fuerza divina…”
Ukitake, que pertenecía a una familia noble de rango inferior de la Sociedad de Almas, vivió una vida de penurias junto a sus padres, luchando contra una enfermedad debilitante y sin nombre que devastó sus pulmones. A la temprana edad de tres años, Ukitake se aferraba a la vida, dejando a sus padres desesperados por encontrar una cura. En un momento de esperanza, lo llevaron a la estatua de Mimihagi y rezaron fervientemente para que la deidad aliviara su sufrimiento. Aunque la ayuda de Mimihagi le permitió a Ukitake crecer con relativa salud y luego convertirse en un Shinigami, nunca se libró por completo de su dolencia, ya que a menudo tosía sangre, un recordatorio del tiempo prestado que se le concedió. Durante esta posesión divina, Ukitake tuvo visiones de una enigmática figura humanoide adornada con una túnica parecida a la de los clérigos espirituales, también conocida como jōe. Esta entidad sombría envolvió a Ukitake, transformándolo en un oscuro reflejo de sí misma.
Incluso después de la intervención de Mimihagi para salvarle la vida, la salud de Ukitake siguió siendo objeto de escrutinio. Tras la muerte de Kaien Shiba, la Central 46 expresó su preocupación por la renuencia de Ukitake a nombrar a un nuevo teniente. No obstante, se hizo evidente que Ukitake poseía notables habilidades de Shinigami, que potencialmente rivalizaban con las de su amigo cercano, Shunsui Kyōraku. El papel de Mimihagi en la vida de Ukitake subraya su dominio sobre el concepto de Quietud, que simboliza la capacidad de detener la progresión, como detener la enfermedad de Ukitake. La deidad otorga regalos a quienes le ofrecen algo más que un ojo, ya que ya posee uno, asimilando la ofrenda en sí misma, una experiencia que Ukitake recuerda vívidamente en su visión de Mimihagi dentro de las aguas primordiales. En el último episodio de BLEACH: Thousand-Year Blood War Part 3, Ukitake abraza esta posesión divina, ofreciéndose para convertirse en el nuevo Brazo Derecho del Rey de las Almas, restaurando así el equilibrio en los reinos inestables.
¿Ukitake anticipó su destino?
Los orígenes del ritual en el comienzo del arco
En el tercer episodio de BLEACH: Thousand-Year Blood War Part 3, se produce un breve intercambio exclusivo del anime entre Ukitake y Unohana poco después de la muerte de Yamamoto, donde expresa un sentimiento de esperanza por volver a verla pronto. Este intercambio puede interpretarse como un presagio de su eventual desaparición durante el arco final, ya que ambos personajes son representados más tarde como desterrados al infierno en el one-shot No Breaths From Hell debido a los abrumadores niveles de reishi que poseían, lo que hace imposible la reencarnación segura y requiere un entierro del alma único.
Las apariciones de Ukitake durante este arco son pocas y espaciadas, a menudo confinadas a una cabaña críptica que ahora reconocemos como una estatua de Mimihagi. Las conversaciones entre Ukitake y Kyōraku en su juventud revelan su conocimiento de Mimihagi, y la especulación en torno a que se trata de un brazo amputado del Rey de las Almas sugiere que Ukitake era consciente de su condición desde hace mucho tiempo. Comprendió intuitivamente la verdadera identidad de Mimihagi, y sus acciones indican que estaba preparado para renunciar eventualmente a la vida que se le había regalado por el bien mayor de la Sociedad de Almas. Esta revelación sobre el destino de Ukitake es uno de los desarrollos más conmovedores y motivadores en el arco final de BLEACH.
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