Advertencia: Spoilers de Uncanny X-Men #7 En el último capítulo de la saga X-Men , se desarrolla un escenario familiar cuando nuestros héroes una vez más se enfrentan entre sí. Sin embargo, este conflicto de superhéroes se siente menos auténtico y merecido de lo esperado. Si bien es evidente que las tensiones entre los respectivos equipos X-Men de Rogue y Cyclops están aumentando, uno debe cuestionar la necesidad de otra lucha dentro del equipo.
El enfrentamiento actual se narra en Uncanny X-Men #7 , creado por el equipo de Gail Simone, Edgar Salazar, David Marquez, Victor Olazaba, Matt Wilson y Clayton Cowles. A medida que las fuerzas convergen en la prisión de Graymalkin (una antigua Mansión X que ahora sirve como centro de detención de mutantes), la narrativa prepara el escenario para el caos. Sin embargo, las motivaciones subyacentes para esta confrontación se sienten algo forzadas, carentes de la profundidad del desarrollo del personaje necesaria para justificar la pelea.
El último conflicto entre X-Men y X-Men carece de profundidad
Rogue y Cyclops: atrapados en un malentendido
En Uncanny #7, la chispa que enciende este altercado es un escenario típico de los cómics: un malentendido. El joven compañero de equipo de Rogue, Ransom, percibe por error a Cíclope como una amenaza, mientras que la influencia telepática de Graymalkin intensifica las emociones. Los malentendidos pueden servir como una base sólida para los enfrentamientos entre superhéroes; sin embargo, la aparente aceptación del conflicto por parte de Rogue antes de que comience carece de credibilidad y parece inconsistente con el viaje de su personaje hasta el momento.
Antes de este punto, los intercambios entre los dos equipos habían estado marcados por una tensión indirecta y una ambigüedad, lo que dio lugar a una narrativa que carece de claridad. Este cruce ocurre después de la recientemente disuelta era Krakoan, con Cyclops emergiendo de ese período transformador en un estado depresivo. Rogue reconoce esto en Uncanny #7, al afirmar: «Todos esperábamos que dieras un paso adelante». Sin embargo, este llamado a la acción parece infundado, ya que los lectores no han estado al tanto de las consecuencias emocionales que supuestamente ocurrieron.
Las luchas personales de Rogue: un factor pasado por alto
La necesidad de una interacción más profunda
Si bien es justo reconocer las dificultades actuales de Rogue mientras lidera su propio equipo de X-Men (conflictiva sobre su rol de líder y su identidad en el panorama posterior a Krakoa), esta complejidad necesita más contexto. La falta de una exploración profunda de sus motivaciones agrava el problema, ya que su agresión se retrata sin un trasfondo emocional suficiente o interacciones significativas con el equipo de Cyclops antes del conflicto.
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Una desconexión dentro de la nueva era de los X-Men
Falta de comunicación entre títulos
Este conflicto entre los equipos ejemplifica un problema más significativo que afecta a la última era de la narrativa de los X-Men: una desconexión entre los distintos títulos. El editor Tom Brevoort ha compartido sus ideas sobre cómo se ha priorizado la independencia de cada título, pero con este enfoque, la narrativa general parece desarticulada. Cuando se pregunta sobre los motivos que impulsan la separación de los personajes, uno podría decir instintivamente que es simplemente una decisión de los escritores en lugar de una elección narrativa sólida.
Ojalá hubiera un conflicto ideológico más claro en juego aquí; se necesita urgentemente una explicación más dinámica de por qué los equipos de Cyclops y Rogue se enfrentan entre sí. Si bien los desafíos inherentes que enfrentan los personajes después de Krakoa son cruciales, la narrativa no proporciona razones convincentes para su división. En cambio, parece que se ven empujados al conflicto solo por el hecho de hacerlo, con escritores orquestando los eventos en lugar de que los personajes choquen orgánicamente.
[Rogue y Cyclops] son dos personajes que lideran lo que creen que son los X-Men, por lo que habrá un choque ideológico evidente. Cada grupo se comporta como X-Men a su manera, y veremos cómo esas diferencias crearán fricción entre ellos.
La necesidad de una mayor profundidad en los conflictos
Intereses similares resultan en un impacto reducido
Lamentablemente, Rogue y Cyclops no muestran la suficiente distinción como para poner un tema ideológico valioso en primer plano en este enfrentamiento. Ambos personajes encarnan desafíos y arcos emocionales similares; Cyclops critica a Rogue por su impulsividad mientras que ella intenta simultáneamente implementar una estrategia más sigilosa. La ironía aquí es evidente, pero sus similitudes eclipsan cualquier intento de retratarlos como líderes claramente diferentes.
La introducción del mutante antagonista, Scurvy, parece servir como un reconocimiento de las deficiencias del conflicto. Si no fuera por este catalizador externo, tal vez no hubiera habido ninguna razón convincente para que estos equipos se enfrentaran. Si bien la saga emocional de Scott y Rogue puede eventualmente alinearse con la conclusión de la historia, la ejecución se queda corta, dejando a los lectores con una preparación poco satisfactoria.
En definitiva, se puede suponer que la conclusión lógica de este crossover conducirá a una reunificación de los equipos, lo que dará lugar a una comprensión mutua que parece un cliché. Aunque este final es aceptable, la ausencia de tensión significativa dificulta su impacto, lo que hace que parezca demasiado predecible. Con solo dos números restantes, la anticipación de una resolución significativa se avecina, lo que deja a la audiencia ansiosa por la reconciliación entre los X-Men .
Uncanny X-Men #7 ya está disponible actualmente en Marvel Comics.
Fuente: AIPT Comics
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