
Descubrimientos revolucionarios bajo las pirámides de Giza
Investigaciones recientes han revelado asombrosas formaciones subterráneas bajo las Pirámides de Giza. Los científicos Corrado Malanga, de la Universidad de Pisa, y Filippo Biondi, de la Universidad de Strathclyde, Glasgow, compartieron sus revolucionarios hallazgos durante una conferencia de prensa celebrada en Italia el 15 de marzo de 2025.
Los investigadores utilizaron tomografía Doppler con Radar de Apertura Sintética (SAR), una sofisticada tecnología de radar, para analizar la Pirámide de Kefrén, considerada la segunda estructura más grande de la meseta de Giza. Su investigación inicial se publicó en las revistas Remote Sensing y arXiv en 2022, arrojando luz sobre estas sorprendentes revelaciones.
Se revela una compleja red subterránea
El análisis indicó una extensa red subterránea de estructuras que se extiende casi dos kilómetros (aproximadamente 6562 pies) bajo las pirámides. Entre estos hallazgos se encontraron enormes formaciones cilíndricas que se extienden hasta 648 metros (aproximadamente 2126 pies), fusionándose en dos grandes estructuras cúbicas.
Durante su presentación, Malanga y Biondi explicaron su método para reconstruir la arquitectura interna de la Pirámide de Kefrén basándose en los escaneos SAR. Utilizaron un innovador programa de software creado por Biondi, que interpreta las señales de radar como vibraciones sonoras, visualizando eficazmente las configuraciones ocultas de la pirámide.

Según sus hallazgos, se descubrieron cinco estructuras simétricas en la base de la pirámide, cada una compuesta por cinco niveles y con techos inclinados, interconectados por vías geométricas. Debajo de esta capa, identificaron ocho pozos cilíndricos verticales, de aproximadamente 648 metros de profundidad, que parecían huecos y estaban rodeados por pasajes en espiral.
Estos pozos se conectan a dos estructuras cuboides de gran tamaño, cuyas dimensiones se estiman en unos ochenta metros (aproximadamente 262, 5 pies).Se cree que toda la red se extiende unos dos kilómetros bajo la superficie de la pirámide, abarcando las tres pirámides de Giza.
“Estas no son formaciones naturales”, aseguró Malanga durante la rueda de prensa.
Desafiando las perspectivas convencionales
Aunque el propósito preciso de estas formaciones subterráneas sigue siendo incierto, Malanga sugirió que el complejo piramidal de Giza podría abarcar más que simplemente servir como lugar de enterramiento para los faraones. Tradicionalmente, los egiptólogos han postulado que las pirámides se construyeron alrededor del 2500 a. C.como lugares de descanso final para Keops, Kefrén y Micerinos, utilizando rampas y maquinaria sencilla para su construcción. Esta nueva evidencia pone en duda las teorías arraigadas.
Curiosamente, varios teóricos, como Nikola Tesla y Christopher Dunn, han sugerido previamente que las pirámides podrían haber servido como conductos de energía. En su libro, La central eléctrica de Giza, Dunn postuló que estas estructuras funcionaban como máquinas capaces de convertir vibraciones en energía.
Elevando el discurso sobre las funcionalidades de las pirámides, una excavación reciente descubrió restos óseos en una pirámide sudanesa, lo que indica que el legado de la construcción de pirámides se extendió más allá de las clases élite y desmintió el estereotipo de que eran lugares de entierro exclusivamente para los ricos.
Como parte de su iniciativa, el equipo del Proyecto Khafre está ansioso por buscar oportunidades de excavación para investigar más a fondo sus hallazgos, aunque este esfuerzo depende de la obtención de las aprobaciones necesarias.
Hasta el momento de esta actualización, no ha surgido información adicional sobre nuevos avances en este intrigante descubrimiento.
Deja una respuesta ▼