A medida que se acercan las elecciones, la actual campaña política ha alcanzado nuevas cotas de absurdo.
Un ejemplo notable fue cuando Trump apareció detrás de la estación de papas fritas en un McDonald’s de Pensilvania. Chuck Edwards, un representante, le regaló con humor a Trump un pin de papas fritas en medio de los escombros del huracán Helene.
El viaje hacia el pin de Fry
Edwards: Soy dueño de McDonald’s y sé que perfeccionaste tus habilidades detrás del mostrador no hace mucho tiempo, así que es un honor para mí otorgarle al presidente Trump el pin de certificación de papas fritas. pic.twitter.com/s7Up4ghaIG
– Acyn (@Acyn) 21 de octubre de 2024
El domingo 20 de octubre, Trump se puso un delantal en un McDonald’s y trabajó en la sección de papas fritas. Incluso realizó una conferencia de prensa improvisada desde la ventanilla del autoservicio, todavía con el delantal puesto, expresando su sorpresa por el hecho de que la gente use cubiertos para las papas fritas y afirmando que honraría los resultados de las elecciones de noviembre «si son unas elecciones justas».
Esta extraña exhibición parece ser una respuesta a Kamala Harris, quien compartió su experiencia de trabajar en un McDonald’s durante sus años universitarios, que Trump ha calificado de mentira. La diferencia entre tener que trabajar en un McDonald’s y realizar un acto escenificado bajo el escrutinio de los medios es significativa. Muchos empleados de McDonald’s criticaron la visita de Trump, calificándola de «cosplay insultante», mientras que el propio local de McDonald’s enfrentó una oleada de críticas negativas en Yelp.
Al día siguiente, el 21 de octubre, Trump viajó a una ciudad cercana a Asheville, Carolina del Norte, muy afectada por el huracán Helene, y celebró una conferencia de prensa frente a las ruinas visibles de otros edificios.
Sin embargo, el foco de atención no estuvo puesto en las necesidades urgentes de la comunidad local. En cambio, el representante Chuck Edwards buscó un momento más ligero al volver a hablar de la visita de Trump a McDonald’s. «Para aquellos que se lo perdieron, soy dueño de franquicias de McDonald’s y puedo asegurar que ustedes perfeccionaron sus habilidades con las papas fritas hace poco. Fue un honor entregarle al presidente Trump el pin de certificación de papas fritas», comentó.
Barack Obama ganó el Premio Nobel de la Paz. Joe Biden recibió la Medalla Presidencial de la Libertad. Kamala Harris fue nombrada Persona del Año por la revista Time. Donald Trump recibió un broche de certificación de papas fritas. pic.twitter.com/EdMggn4FhG
— Alex Cole (@acnewsitics) 21 de octubre de 2024
Cabe destacar que Edwards reveló inadvertidamente su riqueza al hablar de su propiedad de McDonald’s mientras se dirigía a una comunidad que necesitaba ayuda urgentemente. En lugar de abordar las dificultades locales, celebró haberle dado una insignia a un millonario. Trump aceptó el pin con una sonrisa burlona, guardándolo en el bolsillo mientras decía: «Muchas gracias, eso es muy amable», antes de regresar rápidamente al podio. ¿Es un «pin de certificación de papas fritas» un galardón estándar para los trabajadores típicos de McDonald’s? Probablemente no.
Este momento define la campaña
– Jo (@JoJoFromJerz) 22 de octubre de 2024
A medida que la conferencia de prensa comenzó a centrarse más en temas relevantes, Trump afirmó falsamente que FEMA había agotado su presupuesto para “inmigrantes ilegales” a expensas de la recuperación del desastre .
En realidad, la financiación de la FEMA para los gastos relacionados con la frontera y la ayuda en caso de desastre son distintos y se asignan por separado. Uno de los que desacreditó las declaraciones de Trump fue nada menos que Chuck Edwards, el mismo representante que honró a Trump con el pin de la papa frita. Aclaró en su sitio web que “la FEMA NO ha redirigido la financiación de respuesta a desastres a la frontera o a la ayuda exterior”.
Sin embargo, Edwards se abstuvo de mencionar esto durante el tiempo que estuvo al lado de Trump. En cambio, todo fueron sonrisas cordiales y gratitud, rematadas con esos peculiares pines de certificación de papas fritas.
El surrealismo que rodea al distintivo de certificación de papas fritas simboliza un problema más amplio y capta a la perfección la esencia de la campaña de Trump. Muchos ciudadanos de las zonas afectadas por el huracán son conservadores y están de pie frente a él mientras apenas reconoce su situación. En cambio, acepta un premio por una maniobra publicitaria que tuvo lugar en otro lugar.
La expresión “sordo” no logra encapsular el alcance total de la indignación. Este momento refleja un crudo recordatorio de la naturaleza de las campañas estadounidenses, donde las tragedias son meros recursos para la publicidad. Además, Trump, que es bastante rico, acepta el broche y se va, mientras Edwards expresa gratitud por su presencia en medio de la devastación.
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