Donald Trump ha generado controversia con su elección explícita de palabras para caracterizar a las grandes corporaciones, particularmente a la luz de su reciente veredicto de responsabilidad por agresión sexual.
Advertencia: este artículo incluye menciones de agresión sexual y violación.
En un discurso reciente ante el Detroit Economic Club, Trump intentó mejorar su posición en Michigan, un estado clave para las próximas elecciones presidenciales. Dada su retórica combativa y la victoria de Joe Biden en 2020, ganar en Michigan presenta un desafío significativo para Trump. Para reforzar su imagen como defensor de Detroit, pronunció un discurso de casi dos horas que abordó una variedad de temas, incluidos Harris, Elon Musk, el comercio internacional y la identificación de los votantes. Sin embargo, el momento más impactante se produjo cuando utilizó el término «violación» para referirse a las grandes corporaciones extranjeras.
El inquietante discurso de Trump contra las grandes empresas
Durante su largo discurso, Trump articuló su estrategia para enfrentar a las “empresas dominantes” ubicadas en el extranjero. Sostuvo que la ingenuidad estadounidense había permitido que estas entidades internacionales ganaran influencia, y afirmó: “Les permitimos venir, asaltar y violar nuestro país”. Su uso de un lenguaje tan vehemente sorprendió a la audiencia, una respuesta que aparentemente encantó a Trump, quien comentó con aire de suficiencia su elección de palabras, declarando: “Oh, él usó la palabra ‘violación’. Así es. Yo usé la palabra ‘violación’. Violaron nuestro país”.
Trump: “Les permitimos entrar, asaltar y violar nuestro país. ‘Oh, él usó la palabra violación’. Así es, usé la palabra violación. VIOLAN nuestro país”. pic.twitter.com/u6k4hShz0l
– Aaron Rupar (@atrupar) 10 de octubre de 2024
Quienes escucharon sus comentarios los interpretaron como parte de su retórica ofensiva contra los inmigrantes, pero la declaración en realidad apuntaba a corporaciones internacionales . Siguió proponiendo “incentivos” para las empresas dispuestas a establecer operaciones en los EE. UU. Aun así, la terminología agresiva levantó sospechas, en particular dado el contexto de los propios problemas legales de Trump relacionados con la mala conducta sexual.
El año pasado, un jurado declaró a Trump responsable de agredir sexualmente a E. Jean Carroll en 1996. Carroll lo había acusado de violación en sus memorias publicadas en 2019, lo que llevó a Trump a iniciar una campaña de difamación en su contra. Finalmente, el jurado se puso del lado de Carroll y le otorgó 5 millones de dólares por daños y perjuicios tras dictaminar que Trump había abusado sexualmente de ella y la había difamado. Aunque el equipo legal de Trump intentó destacar que el jurado solo lo consideró responsable de abuso sexual, un juez posterior aclaró que el veredicto de hecho incluía la “violación” en el sentido común, fuera de los detalles de la ley de Nueva York.
El historial de Trump incluye acusaciones de conducta sexual inapropiada por parte de numerosas mujeres; 26 mujeres han declarado públicamente sus acusaciones contra él. Su ex esposa, Ivana Trump, también denunció violación durante su proceso de divorcio. En vista de estos antecedentes, su uso casual del término “violación” no sólo es desconsiderado sino también hipócrita. Además, su evidente orgullo por un término tan impregnado de sus controversias personales resulta sumamente inquietante.
Deja una respuesta