
Paramount ha lanzado una intrigante nueva serie dramática titulada Happy Face, inspirada en la historia real de Keith Hunter Jesperson, conocido como el Asesino de la Cara Feliz. Sin embargo, la serie se toma libertades creativas y no busca la precisión absoluta. En cambio, explora las repercusiones emocionales de los atroces actos de su padre en su hija, Melissa Moore, y el profundo impacto en las familias y seres queridos de las víctimas. La narrativa está influenciada por los escritos autobiográficos de Melissa y su podcast, que presenta detalles auténticos entrelazados con el desarrollo de la trama.
Al concluir el segundo episodio, se hizo evidente que la narrativa principal de Happy Face era una dramatización, no un relato fiel de hechos reales. Es crucial que el público comprenda que, si bien la serie se basa libremente en personas, lugares y circunstancias reales que rodearon a Jesperson, no es un documental. Los personajes representados —muchos de los cuales se basaron en personas reales— han cambiado de nombre, lo que a menudo dificulta la distinción entre hechos reales e interpretación creativa.
5 Melissa nunca desató un frenesí mediático por un noveno asesinato
Mientras Jesperson continúa siendo investigado, nunca ha sido vinculado con una novena víctima.

Para los espectadores que disfrutan de Happy Face, es fundamental tener en cuenta que la trama contemporánea es en gran parte ficticia. Nunca hubo un misterioso noveno asesinato pendiente de resolución, lo que hace que las narrativas circundantes sean principalmente ficticias. Sin embargo, la serie incorpora importantes detalles de la vida real, combinando creativamente la exageración con elementos factuales. Por ejemplo, el recuerdo de Melissa de haber presenciado el comportamiento violento de su padre hacia los animales se representa conmovedoramente durante una escena de cena en el episodio 3.
Además, una joven pareja había confesado previamente el primer asesinato confirmado de Jesperson, un giro que dio lugar a sus infames cartas firmadas con caritas sonrientes, lo que consolidó su inquietante reputación. Sin embargo, la historia sobre el frenesí mediático en torno a una condena injusta por uno de sus asesinatos es más ficción que realidad, a pesar de tener cierta base fáctica. Melissa participó en debates mediáticos sobre los crímenes de su padre y el impacto que tuvieron en su vida, pero estos nunca se relacionaron con un noveno asesinato ficticio.
4. Ninguna confesión fue desenterrada en una carta de Keith a Melissa.
Ella recibió muchas cartas, la mayoría de las cuales permanecen sin leer

Imagen vía Paramount+
En el tercer episodio, se desarrolla una subtrama donde Ivy revisa numerosas cartas de Keith con la esperanza de encontrar una confesión sobre el inexistente noveno asesinato. En realidad, Keith Jesperson es un corresponsal constante, y Melissa posee muchas cartas suyas; la mayoría permanecen sin leer. Las que ha revisado son filtradas por su esposo para protegerla de los pensamientos más siniestros de Keith, como ya ha compartido en su podcast, Happy Face.
3 La hija de Melissa nunca vendió el arte de Keith Jesperson
No hay evidencia de que su hija tuviera algún tipo de fascinación por su abuelo.

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La subtrama que gira en torno a la hija adolescente de Melissa, Hazel, y su interés por su abuelo, Keith, es en gran parte ficticia. En realidad, la hija de Melissa, Aspen, descubrió la identidad de su abuelo a los 10 años y nunca ha mostrado interés en forjar una relación con él, ni ha contemplado vender su arte, como Hazel en la serie. Este elemento dramático podría haberse introducido para ilustrar la preocupación de Melissa por la posible influencia de su padre en el bienestar familiar.
2 El encuentro de Melissa con el hijo de la víctima de su padre fue muy diferente
Ella sí tuvo un cara a cara, pero fue mucho más controlado y agradable.

El enfrentamiento que se muestra en el Episodio 3 entre un personaje que representa a Ashton McBride, hijo de la última víctima de Keith Jesperson, y el asesino de su madre, es mucho más dramático de lo que realmente ocurrió. En realidad, el hijo de la última víctima, Don Findlay, confrontó a Jesperson en el tribunal y abogó por la pena de muerte. Melissa Moore también se reunió con Findlay, pero este encuentro fue diferente a como se retrata en la serie.
Como reveló en su podcast, Melissa compartió que los productores de un programa anterior, Monster In My Family, le facilitaron un encuentro con Don. Le informaron sobre su anterior animosidad hacia ella, lo que probablemente inspiró la explosiva escena que se muestra en el programa. Contrariamente a esta descripción, el primer encuentro entre Melissa y Don tuvo lugar en un café, caracterizado por un abrazo sincero y una conversación tranquila.
1 No hay evidencia de que Keith Jesperson tuviera un teléfono celular secreto
Mantiene abierta una línea de comunicación entre Melissa y su padre.

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La representación de Keith Jesperson con un celular secreto para comunicarse con Melissa es probablemente una dramatización añadida para un efecto narrativo en Happy Face. Este recurso sirve para representar la continua manipulación que intenta desde la cárcel. Sin embargo, Melissa en la vida real tuvo un contacto mucho menos regular con su padre después de sus confesiones, y cualquier descripción de una comunicación continua no se corresponde con la realidad de su tensa relación. Como ella misma señaló, no ha mantenido un contacto significativo con él en más de diez años.
Para obtener más información, visita el podcast Happy Face.
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