
Reseña de *Hallow Road*: Un thriller psicológico lleno de tensión
Babak Anvari, el cineasta británico-iraní reconocido por su impresionante debut con *Under the Shadow* en 2016, regresa con *Hallow Road*, una narrativa bien tejida que captura la peor pesadilla de un padre. Esta película, que transcurre principalmente dentro de los confines de un automóvil, narra la conducción ansiosa de una pareja que responde a una llamada desesperada de su hija en edad universitaria. Si bien la premisa sugiere un ejercicio minimalista de tensión, las actuaciones cautivadoras de Rosamund Pike y Matthew Rhys la elevan a un thriller psicológico profundamente cautivador.
Una narrativa tensa
El primer guión de William Gillies marca un ritmo rápido y sumerge a los espectadores en una inquietante dinámica familiar. La película comienza con una imagen inquietante de una mesa desordenada y vasos esparcidos, que insinúa un enfrentamiento reciente. Maddie (Pike), que se despierta sobresaltada por una alarma de humo, encuentra a su marido, Frank (Rhys), todavía dormido. Sin embargo, una llamada a altas horas de la noche de su angustiada hija, Alice (Megan McDonnell), hace que Frank se ponga alerta.
Una llamada de socorro
Alice, que ha vuelto a casa de repente para pedir consejo a sus padres, inicia una conversación tensa que la lleva a marcharse furiosa con el coche de Frank. Horas más tarde, desencadena el caos al revelar un accidente en el que una misteriosa joven se ha lanzado a la carretera, lo que deja a los padres lidiando con las repercusiones de la decisión imprudente de su hija.
La psicología de la crianza de los hijos
A medida que Maddie recopila información de Alice, afirmando su autoridad como paramédica experimentada, aumentan las tensiones entre la pareja. Los frenéticos intentos de Frank por conectar con Alice contrastan con la presencia imponente de Maddie, que ilustra hábilmente la compleja dinámica de los personajes. El guión de Gillies cuestiona de manera convincente hasta qué punto están dispuestos a llegar los padres para proteger a sus hijos y si tales acciones ayudan o dificultan su crecimiento hacia la independencia.
Generando tensión en un espacio confinado
Anvari mantiene con maestría el suspenso dentro del entorno reducido del vehículo, con la ayuda de la evocadora fotografía de Kit Fraser. La angustia de los personajes se refleja en los frenéticos movimientos de cámara, que reflejan tanto la agitación física como la emocional. La interacción entre Pike y Rhys está cargada de una energía creciente, que pasa de disputas acaloradas a momentos de profunda fatiga, lo que refleja la tensión en su matrimonio y el peso de sus decisiones.
Complicaciones inesperadas
A medida que avanza el viaje, otro vehículo se suma al drama que se desarrolla. Una pareja ofrece ayuda a Alice, pero la insistencia de la mujer aumenta las apuestas y lleva a tomar decisiones impulsivas. Su discusión introduce el siniestro concepto de Hallow Road, impregnado del folclore local, lo que complica aún más la narrativa con una sensación de fatalidad inminente.
Una clase magistral de habilidades técnicas
Con ecos de Locke, de Steven Knight, que también explora la tensión dentro de un vehículo, Hallow Road demuestra cómo una narración eficaz puede surgir de entornos limitados. Además, la banda sonora atmosférica de Lorne Balfe y Peter Adams complementa el ambiente inquietante de la película, entrelazando elementos de thriller psicológico y terror folclórico que se intensifican a medida que la trama se complica. Esta tensión llega a su clímax con una revelación impactante que cambia los matices siniestros de la narrativa.
Esta película no sólo cautiva por su profundidad emocional, sino que también sirve como advertencia sobre las complejidades de las relaciones entre padres e hijos en el mundo moderno.
Deja una respuesta ▼