En un reciente panel de discusión , otro ex asistente de Donald Trump expresó su preocupación por la salud mental del ex presidente y sus ideologías peligrosas. A pocos días de las elecciones, numerosos ex miembros del equipo de Trump han dado un paso al frente para advertir a los estadounidenses, especialmente a los del Partido Republicano, sobre las implicaciones de apoyar a Trump, enfatizando la importancia de esta decisión.
Durante el segmento de CNN en el que respondió a los comentarios de Hillary Clinton sobre las elecciones, señaló que Trump se ha vuelto “más desquiciado, más inestable” en comparación con campañas anteriores, y mencionó sus confusos patrones de discurso y su incapacidad para responder adecuadamente a las preguntas. Sarah Matthews, ex asistente de prensa de la Casa Blanca que formó parte del panel, se hizo eco de los sentimientos de Clinton y afirmó que Trump “no es la misma persona” a la que ella ayudó en el pasado.
“ Algo dentro de él se fracturó después de las elecciones de 2020”, comentó. “Su incapacidad para aceptar esa derrota lo llevó a comenzar a desmoronarse”. Si bien Matthews inicialmente apoyó a Trump durante su campaña de 2016 como un outsider, observó que en 2020, los votantes se habían desanimado con su desempeño durante su mandato inicial.
“En 2020, quedó claro que el electorado estadounidense decidió rechazarlo, y ahora, en 2024, está obsesionado con la venganza y la retribución”, afirmó Matthews. La tendencia de Trump a usar un lenguaje divisivo y a atacar a sus detractores se ha intensificado últimamente, lo que lo distancia aún más de su rival, Kamala Harris.
Matthews elogió a Harris por su clara oposición a Trump, con el mensaje de que “él tiene una lista de enemigos, mientras que yo tengo una lista de tareas por cumplir”. Al destacar las diferencias clave, Matthews señaló que “ella se centra en las soluciones, mientras que él se consume en disputas triviales y busca venganza”.
Es significativo que, a medida que se acercan las elecciones, un número cada vez mayor de republicanos, en particular ex colaboradores de Trump, estén apoyando públicamente a Harris. Recientemente, el ex jefe de gabinete de Trump, John Kelly, compartió sus inquietantes observaciones sobre la inclinación del ex presidente hacia el autoritarismo en varios informes de prensa.
Kelly reconoció que Trump “ciertamente tiende hacia un estilo de gobierno dictatorial”, y se refirió a la preocupante admiración de Trump por los líderes militares nazis. Recordó una ocasión en la que Trump expresó su respeto por la lealtad de los “generales alemanes”, y Kelly intervino: “¿Se refiere a los generales del Káiser? ¿Seguramente no se referirá a los de Hitler?”. Sin embargo, en última instancia, la buena fe de Kelly se encontró con la afirmación de Trump: “Sí, sí, los generales de Hitler”.
Si bien Trump puede querer descartar a Kelly simplemente como un ex empleado descontento, las declaraciones de Kelly obtuvieron el apoyo de un grupo de 13 ex asesores de Trump , incluida Sarah Matthews, en una carta abierta al electorado.
“Las verdades angustiosas que reveló el general Kelly son alarmantes y chocantes”, afirmaba la carta. “Sin embargo, quienes conocemos a Trump, habiendo trabajado con él, lamentablemente no estamos sorprendidos”. La carta advertía sobre “las peligrosas consecuencias de un segundo mandato de Trump” y reconocía la naturaleza inusual de su posición. Aunque los 13 individuos se identificaron como “republicanos de toda la vida”, reconocieron que “hay momentos cruciales en la historia en los que poner a la nación por encima del partido es esencial. Este es uno de esos momentos”.
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