La miniserie de Netflix Griselda de 2024 presenta a Sofía Vergara en el papel de Griselda Blanco, la infame narcotraficante colombiana que jugó un papel fundamental en las violentas guerras de drogas en Miami a fines del siglo XX. Si bien la serie presenta una narrativa oscura, la verdadera historia de Griselda Blanco es aún más desgarradora. A veces, la interpretación de Griselda la retrata como una antiheroína, pero una exploración de los eventos reales revela una figura mucho más escalofriante debajo de la superficie.
La adaptación de Netflix crea una narrativa que busca humanizar a Blanco, enmarcándola como una mujer decidida, impulsada por sus circunstancias, a construir un imperio de drogas para proteger a su familia. Sin embargo, la realidad detrás del ascenso de Griselda Blanco está impregnada de violencia y crueldad, lo que desafía la simpatía del espectador hacia su personaje.
Entendiendo a la verdadera Griselda Blanco
Griselda Blanco: la famosa reina de la cocaína en Colombia
En 2024, Griselda emergió como una serie original destacada en Netflix, mostrando una actuación notable de Sofía Vergara, mejor conocida por su papel en Modern Family. A pesar de la dramatización, el personaje de Vergara está basado en los hechos reales que rodearon la vida de Griselda Blanco, una narrativa que sigue anclada en su despiadado ascenso al poder. Si bien la serie se toma libertades creativas, ofrece destellos de la ferocidad que definió el reinado de Blanco.
A pesar de sus puntos fuertes, Griselda opta por destacar solo un segmento específico de la vida de Blanco: su transición a los Estados Unidos y su participación en las guerras de drogas de Miami caracterizadas por una violencia extrema en las décadas de 1970 y 1980. Aunque este período fue decisivo para dar forma a la notoriedad de Blanco, sus primeros años sentaron las bases para la notoria figura en la que se convertiría.
Nacida en el norte de Colombia en 1943, Griselda Blanco se mudó a Medellín con su madre a los tres años. Su trayectoria delictiva comenzó a una edad sorprendentemente temprana, y supuestamente cometió secuestros y homicidios cuando cumplió 11 años. Si bien se han debatido los detalles de sus primeros actos violentos, se reconoce ampliamente que se dedicó a delitos menores hasta que pasó al narcotráfico cuando tenía poco más de veinte años.
Los crímenes de Griselda Blanco
Una mirada a la verdadera criminalidad: la miniserie versus la realidad
La adaptación de Netflix no se priva de retratar a una Griselda Blanco violenta y despiadada, pero la representación apenas roza la superficie de su verdadera brutalidad. Se estima que pudo haber orquestado o influenciado directamente más de 200 asesinatos durante su carrera criminal. Aunque la miniserie insinúa esta violencia, el alcance de sus acciones es mucho más amplio de lo que se muestra .
La ola de violencia de Blanco también incluyó la muerte de sus maridos. Se cree que su primer marido, Carlos Trujillo, fue asesinado por orden suya debido a un acuerdo comercial fallido, lo que pone de relieve su voluntad de eliminar a cualquiera que representara una amenaza. Este asesinato ocurrió mucho antes de la cronología descrita en Griselda .
El segundo marido de Blanco, Alberto Bravo, juega un papel importante en el primer episodio de la serie. Si bien el programa sugiere que ella lo mató en venganza por un encuentro forzado, los relatos históricos indican que es más probable que esto haya sido el resultado de un desacuerdo comercial. Por lo tanto, el personaje de Vergara se aleja significativamente de la realidad.
El dramático final de la vida de Griselda Blanco
Un final fatídico: la muerte de Griselda Blanco
Detenida en 1985 durante una redada de la DEA, Griselda Blanco estuvo implicada en el tráfico ilegal de aproximadamente 300 kilogramos de cocaína cada mes. Fue sometida a juicio en Nueva York y recibió inicialmente una condena de 15 años, que posteriormente se extendió en 1998 a tres condenas consecutivas de 20 años por asesinato en segundo grado después de que se declarara culpable.
Aunque fue sentenciada, Blanco fue liberada por razones humanitarias debido a problemas de salud en 2004 y deportada a Colombia, donde vivió hasta su muerte en 2012. Si bien se especula que cesó sus actividades delictivas durante este período, su vibrante pasado nunca se quedó atrás.
Su vida concluyó de una manera dramática, similar a su infame reputación. En septiembre de 2012, mientras visitaba una carnicería, Griselda Blanco recibió dos disparos en la cabeza por parte de un pistolero no identificado que iba en una motocicleta. Cabe destacar que este estilo de ejecución reflejó sus propios métodos cuando orquestaba las muertes de otras personas durante su reinado en la escena de las drogas en Miami.
Alteraciones realizadas en la representación de Netflix
Creando un protagonista más cercano
Si bien Griselda encapsula muchos elementos de la travesía de Blanco por el mundo de las drogas en Miami, se realizaron modificaciones significativas para mejorar la participación del espectador. Uno de los cambios más sorprendentes es la presentación empática del personaje de Blanco, en particular en los primeros episodios.
A diferencia de la Raquel Blanco que aparece en la serie (que parece empujada a la delincuencia por sus circunstancias), la verdadera Griselda Blanco fue intencional en su brutalidad. Al retratarla como una figura más cercana, la miniserie sacrifica una representación precisa, lo que hace que sea difícil para los espectadores aceptarla simplemente como una villana.
Sin embargo, la serie no se priva de mostrar las inclinaciones más oscuras de Blanco durante su apogeo en el poder, incluidas escenas que reflejan su participación en actos horribles, incluidos encuentros sexuales forzados a punta de pistola. En definitiva, Griselda funciona como una narrativa semificticia que transforma hechos históricos en una trama cautivadora.
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