RaMell Ross, en colaboración con Joslyn Barnes, ha elaborado una interpretación cinematográfica que dialoga reflexivamente con el material original. Esta adaptación emplea hábilmente una elección estilística única: filmar predominantemente desde la perspectiva de un personaje. Si bien Nickel Boys provoca una profunda reflexión, albergo algunas reservas que persisten. Una pregunta me ronda la cabeza: ¿cómo sería mi percepción de la película si la hubiera visto sin conocer previamente el libro?
Una técnica narrativa ambiciosa en Nickel Boys
Mantener la veracidad en la ficción
Al igual que su contraparte literaria, Nickel Boys es una mezcla de ficción y cruda realidad. Si bien la Nickel Academy (un reformatorio de Florida que se muestra en la película) nunca existió, se inspira en la infame Dozier School for Boys y su trágico legado de abusos. La película captura esta seriedad, manteniendo la conciencia de sus raíces, incluso para aquellos que no están familiarizados con la historia de fondo. Esta conexión puede ser lo que posiciona a Ross, un documentalista, como especialmente calificado para abordar un material tan impactante.
En lugar de ser una mera documentación, la película encarna una narración impresionista. Nickel Boys se desarrolla en tres actos distintos, presentados principalmente desde la perspectiva de un personaje. La narración comienza en Tallahassee en las décadas de 1950 y 1960, siguiendo a Elwood Curtis (interpretado por Ethan Cole Sharp cuando era niño y Ethan Herisse cuando era adolescente). El público vislumbra brevemente su vida como niño negro durante la era de las leyes de Jim Crow, viendo la ausencia de sus padres, a quienes cría su abuela, Hattie (Aunjanue Ellis-Taylor).
En un cambio con respecto al cine tradicional, donde la cámara a menudo asume una presencia omnisciente, Ross se centra deliberadamente en puntos de vista específicos, sumergiendo al público en las experiencias de Elwood. Elwood, caracterizado por su brillantez y curiosidad, es alentado por su profesor, el Sr. Hill (Jimmie Fails), un ex miembro de la Freedom Rider. El Sr. Hill insta a Elwood a inscribirse en clases en una universidad negra recién fundada para estudiantes de alto rendimiento. Sin embargo, en su primer día, Elwood se encuentra inadvertidamente en un automóvil robado, lo que lo lleva a la Academia Nickel.
En Nickel, conoce a Turner (Brandon Wilson), lo que marca la expansión de nuestra perspectiva narrativa. El comportamiento carismático y astuto de Turner contrasta marcadamente con el anhelo de justicia de Elwood, lo que presenta un choque filosófico; Turner cree que la vida en Nickel no es diferente del mundo exterior: la gente simplemente es más sincera sobre su crueldad allí.
A medida que avanza la película, se entretejen en la narración fragmentos de la vida adulta de Elwood (interpretada por Daveed Diggs). Estos momentos muestran a un hombre que, a pesar de haber escapado de los confines físicos de Nickel, sigue atormentado por su sombra persistente. La perspectiva cambia del punto de vista a una observación sutil, colocándonos en la posición de un compañero que sigue a Elwood de cerca pero a la vez de lejos.
El impacto del estilo visual en Nickel Boys
Subvirtiendo magistralmente las narrativas visuales
La narrativa visual ideada por Ross es sorprendentemente conmovedora. En la novela original de Colson Whitehead, los personajes existen en un rico tapiz de experiencias, inaccesibles para ellos pero visibles para los lectores. Si bien nos centramos principalmente en los viajes de Elwood y Turner, la película captura sucintamente el vasto contexto histórico de sus experiencias individuales sin abrumar a la audiencia.
Esto se logra limitando nuestro punto de vista en lugar de ampliarlo, forjando una conexión íntima con las vidas de los personajes y al mismo tiempo insinuando la multitud de historias no contadas que los rodean. En lugar de presentar un contexto amplio, la película ofrece elipses potentes, que incitan al público a llenar los vacíos históricos a través de la imaginación.
El enfoque de Ross permite subversiones convincentes de la narrativa tradicional. La película emplea imágenes surrealistas entrelazadas con sueños y material de archivo que fomentan diversas interpretaciones. Cabe destacar que un acto de violencia particularmente desgarrador deja un impacto duradero y es uno de los momentos más destacados del cine reciente.
Curiosamente, encontré paralelismos entre Nickel Boys y The Zone of Interest del año pasado , a pesar de sus elecciones estéticas contrastantes. Ambas películas dependen en gran medida de sus respectivas estructuras para transmitir profundidad temática, hasta que dejan de hacerlo. Los momentos clave rompen las barreras formales, inundando de resonancia emocional y perspectivas, lo que sugiere que el pasado y el presente no deberían permanecer separados .
Una estrategia estética que genera controversia
Una elección de adaptación atrevida que pierde la esencia de la novela
Paradójicamente, las desviaciones del punto de vista cinematográfico fueron los momentos más resonantes desde el punto de vista emocional para mí, lo que puso de relieve mi descontento con Nickel Boys . Esta elección estilística resulta más alienante que inmersiva. Si bien puede ser valioso crear distancia con respecto a la narrativa, me encontré analizando en exceso las decisiones formales en lugar de involucrarme con la esencia de la historia .
La verdadera brillantez del material original reside en su capacidad de atraer simultáneamente a lectores emocionalmente comprometidos y a audiencias políticamente conscientes.
En ocasiones, Ross llama la atención sobre el acto mismo de la percepción, imponiendo una contorsión innecesaria en el marco narrativo. En una escena crucial en la que Elwood y Turner conversan por primera vez, la mirada firme e inquebrantable de la cámara parecía artificial, especialmente durante un momento que debería capturar la autenticidad. Si bien hay decisiones actorales sólidas, a menudo revelan el artificio subyacente inherente a este estilo.
Si hubiera abordado la película sin conocer previamente la novela, tal vez hubiera reaccionado de manera diferente; sin embargo, la familiaridad con el material original moldeó mi perspectiva. La narrativa original equilibra hábilmente la resonancia emocional con la conciencia política. Si bien algunos momentos de la película permiten que la actuación excepcional de Ellis-Taylor brille, se destacan debido a su rareza.
Nickel Boys es una pieza cinematográfica digna de un análisis exhaustivo, capaz de soportar numerosas reseñas y críticas. A pesar de mis sentimientos encontrados, no puedo descartarla como una de las películas más significativas del año. Animo a todos a verla cuando sea posible, aunque lamento los aspectos que se perdieron en su adaptación de la palabra escrita a la pantalla.
Anoten sus calendarios: Nickel Boys se estrena en cines selectos de la ciudad de Nueva York el 13 de diciembre y en Los Ángeles el 20 de diciembre, con un estreno general previsto para principios de enero. La película tiene una duración de 140 minutos y tiene una clasificación PG-13 por su contenido temático que aborda el racismo, el lenguaje fuerte, los casos de violencia y el tabaquismo.
Deja una respuesta