Boba Fett se erige como una figura icónica dentro del universo de Star Wars, reconocido por sus inigualables habilidades como cazarrecompensas, su representación de la armadura mandaloriana y su enigmática presencia a lo largo de la trilogía original. Sin embargo, uno de los aspectos más atractivos de su personaje surge de las órdenes de Darth Vader de evitar la desintegración de Han Solo y la tripulación del Halcón Milenario.
El razonamiento preciso detrás de la preocupación única de Vader por Boba Fett ha generado un debate y un análisis considerables entre los fanáticos y los académicos por igual. Se han examinado casos en los que Vader empleó a Fett solo para que regresara con poco que mostrar en varios cómics de Star Wars. Sin embargo, las implicaciones específicas de la desintegración siguen sin explorarse en el material canónico, a pesar de la insistencia de Vader en que no se matara a Han. Afortunadamente, Star Wars Legends proporciona una explicación intrigante que se remonta a casi una década.
Entendiendo la desintegración de la clase D: una destrucción única
El concepto de desintegración es intrínsecamente aterrador. Sin embargo, en la novela corta de Abel Peña de 2015, SkyeWalkers: A Clone Wars Story , se introduce una capa más profunda de horror: se dice que la tecnología de desintegración de Boba Fett destruye no solo la forma física de una persona, sino su esencia misma en la Fuerza.
“Desintegración de clase D… también conocida como aniquilación trascendental. La invención de la tecnología disruptora “absoluta”, por parte de los misteriosos fatalistas de Plootark IX, introdujo una forma de muerte pura tan única en atrocidad que la ciencia alienígena había sido prohibida en toda la galaxia. Se creía que tenía como objetivo a los midiclorianos, y se decía que la materia así erradicada atómicamente desaparecía incluso de la detección en la Fuerza, la mayor afrenta a la vida”.
Esta descripción pinta un retrato de una tecnología más siniestra que cualquier superarma existente en la historia de Star Wars, lo que subraya por qué incluso una figura como Darth Vader expresaría preocupación. Su directiva de evitar la desintegración se alinea con su conexión y respeto por la Fuerza, lo que ilumina la gravedad de esta solicitud.
Desintegración de clase D: Prohibida por los Jedi, aceptada por el Imperio
El Imperio reclutó cazarrecompensas expertos en desintegración
Un detalle fundamental de la narración de Peña revela que, si bien la República había prohibido la desintegración de la Clase D, el Imperio la adoptó. Ambientada en el comienzo de las Guerras Clon, SkyeWalkers destaca que Boba Fett pudo utilizar esta tecnología casi dos décadas después bajo el gobierno del Imperio. Su única reprimenda de Darth Vader llegó en forma de advertencia, sugiriendo que el Imperio hizo la vista gorda ante los aspectos más brutales de la caza de recompensas.
La ambigüedad en torno a la legalidad de la desintegración durante el reinado del Imperio plantea interrogantes. Si bien la vacilación de Vader podría deberse a sus propias convicciones relacionadas con la Fuerza, es probable que el Emperador Palpatine tuviera asuntos más urgentes que hacer cumplir las prohibiciones de desintegración de la República. En cambio, el Imperio parece haber detenido la aplicación de las leyes galácticas existentes, lo que permite a los cazarrecompensas como Boba Fett aprovechar esta escalofriante tecnología sin mayores consecuencias.
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