El inquietante pasado del jefe de la NRA: torturó a un gato cuando era presidente de una fraternidad

El inquietante pasado del jefe de la NRA: torturó a un gato cuando era presidente de una fraternidad
*Advertencia: Crueldad hacia los animales*

En una revelación inquietante, Doug Hamlin, el actual director ejecutivo y vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional del Rifle, tiene un pasado oscuro que incluye la tortura y el asesinato de un gato durante sus años universitarios junto a sus compañeros de fraternidad. Esta conducta impactante plantea serias dudas sobre su carácter y sus aptitudes para el liderazgo.

Hamlin fue declarado culpable de estos actos atroces, aunque los cargos finalmente fueron borrados de su expediente. Los detalles de esta atroz crueldad hacia los animales, junto con un intento fallido de encubrirla, pintan un panorama sombrío. El juez describió las acciones de Hamlin como “inadmisibles y atroces”, “frías y calculadas” e “inexcusables”. Tales descripciones suscitan inquietudes sobre su capacidad de empatía y moralidad.

En diciembre de 1979, mientras asistía a la Universidad de Michigan en Ann Arbor, Hamlin y cuatro hermanos de la fraternidad asesinaron brutalmente al gato doméstico llamado BK. Cortaron horriblemente las patas del gato, lo colgaron de un árbol y le prendieron fuego, justificados por su escandalosa afirmación de que el gato «no usó su caja de arena». Un transeúnte preocupado, perturbado por los gritos del gato, denunció el espantoso acto a la policía.

El sufrimiento inimaginable que soportó el gato es incomprensible y absolutamente injustificable. No fue un mero acto de presión de grupo; Hamlin tenía el control total de la situación y podría haber intervenido en cualquier momento para detener la crueldad.

Sin embargo, Hamlin decidió no intervenir y, en cambio, buscó activamente encubrir sus acciones para evitar repercusiones.

Earl Carl, el cocinero de la fraternidad Alpha Delta Phi en ese momento, testificó que Hamlin convocó una reunión en la casa para intimidar a otros miembros de la fraternidad y obligarlos a guardar silencio sobre el incidente. Aunque Carl alentó a sus compañeros a denunciar el crimen, recibió amenazas contra su seguridad por hacerlo.

Carl renunció apenas una semana después de la muerte del gato y posteriormente emprendió acciones legales contra la fraternidad, nombrando específicamente a Hamlin como una de las personas que lo presionaron para permanecer en silencio.

Afortunadamente, se hizo justicia cuando Hamlin y sus cómplices se declararon culpables de los cargos de mutilación y asesinato. El juez del Tribunal de Distrito de BK, SJ Elden, reprendió a los hermanos de la fraternidad por sus acciones, señalando en particular a Hamlin por su oportunidad de evitar tal crueldad. De manera alarmante, Hamlin mostró una sorprendente falta de remordimiento al afirmar: «Hicimos todo lo que pensamos que podíamos hacer para resolver este asunto. Creemos que ahora hemos ido un poco demasiado lejos».

A pesar de la gran indignación pública, el castigo que se les impuso a los estudiantes fue decepcionantemente leve. Se les asignó realizar 200 horas de servicio comunitario centrado en el cuidado de los animales, recibieron sentencias de un año de prisión, incurrieron en multas judiciales de 360 ​​dólares y fueron expulsados ​​de su fraternidad.

Dada la naturaleza atroz de sus delitos, las consecuencias que enfrentan Hamlin y sus hermanos de fraternidad parecen lamentablemente inadecuadas. Es preocupante, en particular si se considera el papel actual de Hamlin dentro de la NRA, que a un individuo así se le confíen responsabilidades de liderazgo.

En mayo, Hamlin fue nombrado director ejecutivo de la NRA, en reemplazo de Wayne LaPierre, que fue destituido por malversación de fondos. Es preocupante y revelador que la NRA parezca sentirse cómoda al nombrar líderes con antecedentes tan alarmantes en materia de crueldad animal y mala conducta financiera.

(Imagen destacada: NRAPubs/YouTube)

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