
El lanzamiento de God of War: Ascension marcó uno de los últimos títulos exclusivos para PlayStation 3, ofreciendo a los fans un vistazo a la historia de Kratos antes de que se conociera como el Fantasma de Esparta. A pesar de sus impresionantes gráficos para la época, el juego se vio afectado por serios problemas de rendimiento, como texturas parpadeantes y velocidades de fotogramas inconsistentes, lo que provocó una recepción tibia entre los fans cuando debutó hace más de una década.
A medida que nos acercamos a 2025, las opiniones sobre el título podrían haber cambiado. Este artículo analizará críticamente si God of War: Ascension es una experiencia que vale la pena para el público actual.
Un viaje a los orígenes de Kratos

God of War: Ascension narra la historia de los primeros años de Kratos, retratando su tumultuosa relación con Ares tras romper un juramento que lo llevó a ser capturado por las Furias. Mientras lucha por recuperar su libertad a través de diversos paisajes mitológicos griegos, la narrativa se adentra en su turbulento pasado, marcado por ilusiones y recuerdos inquietantes.
Con la ayuda de Orkos, un antiguo guardián del juramento, Kratos se embarca en una misión para enfrentarse a las Furias y romper sus vínculos con Ares, un momento crucial que despierta su sed de venganza, mostrada en entregas posteriores de la franquicia. Si bien el juego intenta revelar un lado más vulnerable de Kratos, su trama a menudo se siente como contenido complementario en lugar de un capítulo esencial de la saga.
Mecánica de combate: familiar pero mejorada

El sistema de combate de la serie God of War ha sido relativamente consistente, pero Ascension tiene dificultades para innovar. Si bien ofrece una jugabilidad más fluida, la mecánica resulta repetitiva y poco inspiradora, dependiendo en gran medida de los poderes elementales para las espadas, que al final resultan genéricas. Muchos encuentros se ven empañados por picos de dificultad desequilibrados, lo que prolonga las batallas innecesariamente.
En una nota más positiva, los elementos de plataformas y rompecabezas presentan una mejora notable, facilitando una navegación más fluida y mejorando el juego en general sin una innovación sustancial.
Rendimiento y fidelidad visual

Una de las deficiencias más importantes de God of War: Ascension reside en su rendimiento. Los jugadores experimentan con frecuencia caídas de velocidad de fotogramas frustrantes, lo que dificulta mantener una experiencia consistente, rondando los 30 fotogramas por segundo incluso en escenas cinemáticas que, en ocasiones, pueden resultar lentas. Visualmente, si bien los gráficos eran encomiables para PlayStation 3, la imposibilidad de adaptar o remasterizar el juego para consolas contemporáneas limita su accesibilidad y atractivo.
¿Vale la pena jugar en 2025?

En conclusión: God of War: Ascension podría no merecer la pena revisitarlo en 2025. La narrativa se siente más como un añadido a la historia que como una entrega crucial que los fans deben experimentar. Los gráficos obsoletos y los problemas de rendimiento le restan aún más valor, y aunque el combate es el más refinado de la serie, al final se siente como un esfuerzo repetitivo en lugar de una aventura cautivadora. Además, al ser exclusivo de PlayStation 3, acceder al juego añade otra capa de inconvenientes que lo hace menos atractivo para los jugadores modernos. En general, Ascension no aporta contenido significativo a la franquicia, por lo que es fácil pasarlo por alto.
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