Advertencia: SPOILERS del final de la serie Star Trek: Lower Decks: “La nueva generación”
El Capitán Ransom y la reinvención de la regla de conflicto de Star Trek
El final de la serie Star Trek: Lower Decks presenta a un nuevo capitán en la ilustre franquicia, junto con un giro cómico que desafía un principio establecido hace mucho tiempo por Gene Roddenberry. Después de que el USS Cerritos juega un papel fundamental en la salvación del universo, la capitana Carol Freeman (Dawnn Lewis) pasa a un nuevo rol en la Base Estelar 80, supervisando misiones multiverso. Esto deja a los Cerritos en necesidad de liderazgo, lo que impulsa a la Flota Estelar a ascender al comandante Jack Ransom (Jerry O’Connell) a capitán de la nave de clase California.
El impacto de la visión de Roddenberry en la dinámica de la Flota Estelar
En su debut en 1987, Star Trek: La nueva generación (TNG) estuvo muy influenciada por Roddenberry, quien abogó por una representación idealista del futuro en el que los conflictos interpersonales entre los miembros de la tripulación fueran prácticamente inexistentes. Creía que los humanos evolucionados del siglo XXIV se enfrentarían a desafíos principalmente derivados de amenazas externas, como especies alienígenas hostiles. Como consecuencia, la narración de historias a menudo era limitada, una restricción que persistió hasta el fallecimiento de Roddenberry en 1991.
El ingenioso desafío del capitán Ransom
Con su nuevo mando, el capitán Ransom introduce un enfoque innovador al nombrar a los tenientes Brad Boimler (Jack Quaid) y Beckett Mariner (Tawny Newsome) como cooficiales provisionales. Instiga una competición por el prestigioso puesto de número uno, afirmando que «un poco de conflicto interpersonal es la mejor manera de aprender». Tanto Boimler como Mariner expresan su renuencia, temiendo por su amistad, pero Ransom sigue insistiendo, en parte para su diversión, pero también reconociendo el valor del crecimiento a través del conflicto.
El conflicto interpersonal: esencial para el desarrollo del carácter
Esta elección narrativa subraya de manera efectiva las limitaciones de la regla original de Roddenberry. Si bien la tripulación de TNG suele ser representada como armoniosa, la ausencia de conflictos restringe el crecimiento del personaje y la profundidad de la historia. Las relaciones prosperan gracias a los desafíos y los conflictos, lo que contribuye a la evolución general de los personajes. Cabe destacar que Star Trek: Lower Decks ha adoptado esta dinámica, mostrando con frecuencia las complejidades de las relaciones de la tripulación al tiempo que mantiene un vínculo familiar entre los personajes.
La evolución del conflicto en la serie Star Trek
Por qué se abandonó finalmente la regla de “no conflicto”
Al observar la trayectoria de Star Trek, vemos un cambio notable en la forma en que se maneja el conflicto interpersonal. Inicialmente, TNG se adhirió firmemente a la visión de Roddenberry, lo que dio como resultado una tripulación que, aunque armoniosa, carecía de la tensión necesaria para una narrativa convincente. En cambio, Star Trek: Deep Space Nine se alejó audazmente de este enfoque, presentando un conjunto más imperfecto pero identificable que resultó igualmente atractivo, lo que sugiere que el conflicto puede enriquecer las narrativas sin socavar los ideales de Roddenberry.
Por otro lado, Star Trek: Voyager intentó revivir la noción de armonía entre su tripulación, pero se quedó corto al pasar por alto las complejidades de integrar grupos diversos, como la tripulación de la Flota Estelar y los rebeldes Maquis. Esta elección no solo resultó poco realista, sino que también restringió el potencial de Voyager para explorar temas más intrincados. Desde entonces, la franquicia ha aprendido a honrar la visión fundacional de Roddenberry al tiempo que crea historias ricas y atractivas, particularmente evidentes en Star Trek: Lower Decks .
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