El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim: una reseña que establece un nuevo estándar para las películas de anime en la narrativa de franquicias

El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim: una reseña que establece un nuevo estándar para las películas de anime en la narrativa de franquicias

A medida que exploramos el universo en expansión de El Señor de los Anillos , mi preferencia se inclina hacia El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim en lugar de proyectos anteriores como La Caza de Gollum. En el panorama actual de Hollywood, dominado por las propiedades intelectuales existentes, los estudios a menudo actúan con cautela para evitar alienar a las bases de fans. Este enfoque conduce a una gran reverencia por las obras originales, donde la narración de narrativas familiares a menudo viene acompañada de una sobreabundancia de deferencia. Por lo tanto, una adaptación de anime independiente que desarrolla su historia dos siglos antes de El Señor de los Anillos me da un mayor optimismo que una entrega de acción real ambientada durante la Comunidad.

Puede que Andy Serkis me haga cambiar de opinión en 2026; sin embargo, actualmente estoy satisfecho con el camino elegido por Kenji Kamiyama, el director de Rohirrim. Aunque algunas referencias al original me parecieron algo excesivas, en general me encantó ver que la película forjaba su propia identidad, dando como resultado una narrativa convincente impregnada de una hermosa animación. Si tuviera que volver a ver la Tierra Media de Peter Jackson, esta parece ser una forma ideal de abordarla.

Cómo la Guerra de los Rohirrim aprovecha la familiaridad

Sin subvertir nefastamente las expectativas

La Guerra de los Rohirrim adopta una tradición de narración oral, introducida por Éowyn (Miranda Otto), el personaje icónico de la trilogía de Jackson, quien nos guía hasta Héra (Gaia Wise), otra feroz protagonista de Rohan. La narración nos informa de que, a pesar de los numerosos logros de Héra, su historia permanecerá sin escribirse. Esta idea hace un guiño inteligente a la gestión de franquicias, al recuperar una voz familiar y reconocer al protagonista anónimo en el mundo de Tolkien, al tiempo que permite a los cineastas crear una verdadera identidad artística.

La escena introductoria de Éowyn destaca las contribuciones a menudo ignoradas de las mujeres en los llamados Reinos de los Hombres, un tema que Kamiyama entrelaza hábilmente a lo largo de la película. Además, este enfoque coloca a los Rohirrim dentro de un mito, lo que le permite adoptar patrones narrativos y ritmos familiares. Se celebra la simplicidad manifiesta de la historia y los personajes, lo que crea resonancia en el público.

Al conocer a Héra, la encontramos indudablemente más indómita que Éowyn. Su padre, Helm Hammerhand (Brian Cox), el anciano pero valiente rey de Rohan, le ha concedido una libertad casi escandalosa. Como es típico en este tipo de narraciones, su sed de independencia pronto entra en conflicto con sus responsabilidades reales.

Este enfrentamiento sorprende a Héra y se agudiza cuando Freca le propone casarse con su hijo, Wulf (Luke Pasqualino), su compañero de infancia. Héra intenta rechazar educadamente la propuesta, revelando su renuencia al matrimonio. Las aspiraciones de Freca al trono se vuelven demasiado claras, lo que lleva a una confrontación con Helm que culmina en un fatídico puñetazo que mata inadvertidamente a Freca.

Este incidente impulsa el conflicto titular: Wulf, en busca de venganza, es exiliado de Rohan, solo para construir un ejército en las sombras, listo para reclamar su honor y buscar venganza contra Helm, sus hijos Hama (Yazdan Qafouri) y Haleth (Benjamin Wainwright), y Héra, quien lo rechazó.

Esta adaptación al anime destaca por su maestría visual

Y se adhiere con precisión a las necesidades narrativas

Wulf sosteniendo una antorcha y frunciendo el ceño en La Guerra de los Rohirrim

La Tierra Media de Tolkien se inspira en varias mitologías: nórdica, celta, inglesa antigua y galesa. En este sentido, La guerra de los Rohirrim capta la esencia de estas tradiciones. Incluso cuando los detalles siguen siendo confusos, el público puede captar instintivamente el ritmo de la narración, lo que mejora su compromiso emocional. Personalmente, esto me permitió abrazar tanto los momentos más emotivos como los momentos victoriosos de la historia.

Si bien ciertas restricciones pueden haber limitado el desarrollo y el diseño de los personajes, Kamiyama navega por estos confines para crear representaciones visualmente impactantes que amplifican motivos clave.

Héra es una heroína natural, inteligente y valiente, limitada únicamente por los límites de su entorno. Por el contrario, la transformación de Wulf en villano lo coloca en una trayectoria trágica. Esta tensión entre el conocimiento pasado y la enemistad actual prepara el terreno fértil para la evolución del personaje. El crecimiento de Héra es paralelo al heroísmo de Éowyn en El Señor de los Anillos, así como la caída de Wulf refleja su ascenso. En un mar de giros, los arcos tradicionales para el protagonista y el antagonista resuenan de manera única en esta narrativa.

Además de la estructura narrativa, La guerra de los Rohirrim destaca en la ejecución. Su cualidad más destacada, como se esperaba, es la animación. La estética se asemeja a una adaptación al anime de las películas de Jackson, mostrando una mezcla de talento artístico que se manifiesta de manera hermosa en la pantalla. Estas grandiosas imágenes evocan una cualidad mítica que recuerda a las escenas que podrían representarse en un tapiz que adorna el gran salón de Edoras.

Helm Hammerhand sentado en su trono y frunciendo el ceño en La Guerra de los Rohirrim

Todas las interpretaciones vocales son competentes, pero la interpretación de Cox de Helm Hammerhand deja un impacto notable. Le otorga al personaje profundidad y seriedad, retratándolo como una figura destinada al recuerdo. Si bien hubiera deseado una profundidad similar en otros protagonistas, no hay nada en toda la película que le reste valor a su disfrute general.

En conclusión, La guerra de los Rohirrim es una película que volvería a ver con mucho gusto. Mientras Warner Bros. continúa explorando el potencial de esta franquicia, espero que los proyectos futuros adopten una visión similar, con menos énfasis en la nostalgia y las referencias. Más oportunidades para que los animadores interpreten esta y otras franquicias similares de manera creativa podrían dar resultados emocionantes.

El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim se estrena en cines de todo el país el viernes 13 de diciembre. La película tiene una duración de 134 minutos y una clasificación PG-13 por violencia sustancial.

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