La notable destreza física de Popeye, atribuida a su amor por las espinacas enlatadas, se ha convertido en un elemento duradero de la cultura popular. Incluso después de casi un siglo desde su debut, esta conexión sigue siendo ampliamente reconocida. Sin embargo, en un giro sorprendente, la fuerza del icónico marinero provenía de una fuente completamente diferente durante su aparición inaugural: frotando la cabeza de una gallina.
Esta peculiar historia de origen se ilustró por primera vez en la edición del 11 de junio de 1929 de la tira cómica Thimble Theater, que presentó a Popeye y su grupo de personajes. En aquellos primeros tiempos, era una “gallina de trapo” la que le otorgaba fuerza a Popeye, ya que le frotaba la cabeza para tener buena suerte.
Este peculiar ritual le permitió a Popeye soportar múltiples disparos de su adversario, a quien finalmente derrotó. Este absurdo resalta los inusuales comienzos del personaje y al mismo tiempo invita a la curiosidad sobre por qué la espinaca eventualmente se convirtió en sinónimo de las habilidades sobrehumanas de Popeye.
La fuente original de fortaleza de Popeye: La gallina Wiffle
La gallina de Wiffle y su fama fugaz
Las aventuras cómicas de Popeye se conocen desde hace generaciones, lo que demuestra la inclinación de la franquicia por el humor absurdo. En su apogeo, las historias de Popeye sirven como una deliciosa parodia del viaje del héroe, abarcando todo, desde el llamado a la acción hasta su triunfo final sobre sus enemigos. Sin embargo, una mirada retrospectiva a la narrativa original revela una figura más extraña, caracterizada notablemente por «frotarse el pene para tener suerte», mostrando un grado de invulnerabilidad que recuerda a los superhéroes modernos.
Por muy entretenida que fuera la gallina como fuente de fuerza, pronto surgió una alternativa mejor. El eslogan original del personaje, “Un par de balas más o menos no me van a detener ahora”, seguido de un enfático grito de “¡WHIFFLE!”, aboga por el humor absurdo que coloreó los cómics de principios del siglo XX. Sin embargo, pronto quedó claro que esos elementos no mantendrían el atractivo perdurable del personaje.
La transición del absurdo a la relevancia social con espinacas
El impacto duradero de las espinacas en el legado de Popeye
La fuente de energía inicial de Popeye, la “gallina de trapo”, terminó siendo más un chiste que un elemento duradero del personaje. Al adoptar la espinaca como su nueva fuente de fuerza, los creadores consolidaron inadvertidamente el estatus de Popeye como icono cultural. Así, generaciones de padres han aprovechado su amor por la espinaca como un medio para fomentar hábitos alimentarios saludables entre sus hijos.
El cambio a las espinacas enlatadas no solo aumentó la popularidad de Popeye, sino que también le infundió a su personaje un significado social que el absurdo de una «gallina de trapo» nunca podría lograr. Si bien Popeye rápidamente resonó entre el público, es esta evolución de un personaje absurdo a uno que exuda valores identificables lo que ha mantenido su relevancia durante décadas. Las herramientas iniciales y extravagantes de su fuerza prepararon el escenario para la figura querida que reconocemos hoy, estableciendo una base fascinante para un personaje universalmente celebrado.
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