‘El robot salvaje’: una celebración sincera de la maternidad sin juzgar las alternativas

‘El robot salvaje’: una celebración sincera de la maternidad sin juzgar las alternativas

El largometraje animado de Chris Sanders, The Wild Robot, se destaca como una de las películas más entrañables del año, ya que explora las profundas implicaciones de la maternidad a través de la lente de una inteligencia artificial que inesperadamente se ve envuelta en la crianza de los hijos. Esta narrativa invita a un diálogo más profundo sobre la importancia de la elección, especialmente para aquellas que optan por no ser madres.

En The Wild Robot, nos encontramos con la Unidad 7134 de ROZZUM (con la voz de Lupita Nyong’o), un robot de Universal Dynamics que llega a la costa de una isla después de que una tormenta dañara su buque de carga. La curiosidad de la fauna activa a ROZZUM, lo que lleva a un desastre imprevisto: la destrucción del nido de un ganso, dejando un solo huevo entre los restos. Roz decide defender el huevo restante de los depredadores, en particular el astuto zorro Fink (interpretado por Pedro Pascal). Cuando el ganso nace, instintivamente se vincula con Roz y la ve como su madre. A pesar de su programación, Roz opta por enseñarle a Brightbill (Kit Connor) las habilidades esenciales de nadar y volar antes de su inminente migración, después de lo cual tiene la intención de enviar una señal de socorro a sus creadores.

Un robot se sienta junto a una fogata en el bosque.
(Fotos universales)

En una era en la que los riesgos de la IA se destacan cada vez más, The Wild Robot presenta una idea inspiradora: que la poderosa emoción de la maternidad puede transformar la programación de un robot. El viaje humaniza a Roz, mostrando que el acto de convertirse en madre cambia inherentemente la identidad de una persona. La vida de una mujer se altera drásticamente cuando asume el papel de madre, ya sean cambios físicos o emocionales, lo que resulta en una transformación permanente.

A medida que Roz asume el papel de cuidadora de Brightbill, evoluciona de un robot diseñado para imitar la interacción humana a un ser que desafía sus directivas originales de cuidar a lo que ella considera su hijo. La historia captura de manera conmovedora los sacrificios de Roz, demostrando su voluntad de poner las necesidades de Brightbill por encima de las suyas mientras lo prepara para los desafíos del invierno. También somos testigos de la rebelión adolescente de Brightbill, ya que ocasionalmente resiente a Roz por aislarlo de sus compañeros. Además, la película subraya que los esfuerzos de un ROZZUM, como los de una madre, a menudo pasan desapercibidos. A diferencia de un programa integral, Roz experimenta emociones y cuidados por Brightbill.

Un robot extiende sus brazos y corre por la jungla mientras una bandada de gansos vuela sobre él.
(Fotos universales)

En su viaje de crianza de Brightbill, Roz sufre no solo cambios emocionales sino también físicos. Sufre daños, pierde una pierna y se oxida; incluso tiene marcas en el lugar donde Bill descansaba mientras dormía. La narrativa cambia su identidad del numérico ROZZUM a Roz, un nombre que resuena con calidez y maternidad.

Finalmente, a pesar de los intentos de Universal Dynamics de restaurar su programación anterior, el corazón y la personalidad de Roz se han transformado irreversiblemente.

Si bien The Wild Robot rinde homenaje a la belleza de la maternidad a través de su narrativa conmovedora, también evoca la reflexión para aquellas que quizás no se imaginan a sí mismas en ese papel. El viaje transformador de Roz sirve como testimonio del peso emocional y filosófico de renunciar a la maternidad.

La experiencia de Roz demuestra que la maternidad conlleva una gran responsabilidad; requiere un compromiso inquebrantable con la supervivencia de otro ser. Descubrir que Brightbill es un enano frágil pone de relieve esta exigencia: sin la intervención de Roz, sus posibilidades de supervivencia habrían sido escasas en un entorno peligroso. Criarlo requiere una dedicación total, lo que demuestra que los seres humanos, al igual que Roz, pueden ser transformados por las profundas responsabilidades de la crianza.

Ser madre va más allá de la mera decisión; exige elecciones diarias, resiliencia y mucha paciencia. Esta tarea resulta especialmente difícil para madres solteras como Roz, que recibe un apoyo limitado de amigos como Fink. Esto plantea la pregunta: ¿puede tomarse a la ligera una decisión de vida tan importante? Implica transformaciones físicas, intensos ajustes en el estilo de vida y preparación mental incluso antes de que nazca el niño. Las complejidades solo se amplifican después del nacimiento.

Un robot y un zorro se sientan en una mesa redonda para vigilar a un ganso en una escena de El robot salvaje.
(Fotos universales)

El robot salvaje transmite dos lecciones fundamentales: en primer lugar, la profunda belleza de la maternidad. En segundo lugar, sin embargo, destaca que la maternidad no es universalmente adecuada para todo el mundo. La esencia de la elección es primordial aquí: se trata de decidir si se modifica profundamente la trayectoria de vida de uno y si uno se siente preparado para asumir las pesadas responsabilidades de la paternidad. Reconoce que no todo el mundo está mentalmente preparado para asumir un papel tan monumental y que es aceptable sentir dudas sobre el viaje hacia la paternidad.

Si bien Roz ejemplifica una figura maternal notable, hay que tener en cuenta que no todos los robots de su modelo tendrían el mismo éxito. Por ejemplo, Pinktail, la zarigüeya (con la voz de Catherine O’Hara), encarna un tipo diferente de maternidad, mientras que Fink, que ha aprendido observando a Roz, tal vez nunca se sienta inclinado a seguir su ejemplo. Disfruta de su papel de tío divertido sin ninguna presión para cambiar.

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