A medida que se calientan las elecciones de 2024, el expresidente Donald Trump ha aprovechado una vez más la oportunidad para denunciar fraude electoral, una medida que no sorprende teniendo en cuenta su historial. En los estados clave que aún esperan los resultados, Pensilvania, en particular, está atrayendo mucha atención.
Durante mi infancia en Pensilvania, el término “estado indeciso” era prácticamente desconocido. Tradicionalmente, este estado era un bastión de los votos demócratas. Sin embargo, el panorama político cambió drásticamente con el ascenso de Trump, lo que dejó a muchos residentes de larga data, incluido yo mismo, desconcertados por el caos resultante.
En 2020, Pensilvania contribuyó a la nominación del presidente Joe Biden, lo que marcó el regreso a un clima político más familiar. Después del shock de las elecciones de 2016, sentí que ya no reconocía mi estado natal. Ahora, a medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, todas las miradas (y las acusaciones de Trump) vuelven a estar fijadas en Pensilvania.
Actualmente, Trump está haciendo afirmaciones sobre irregularidades electorales en Filadelfia, a pesar de que los resultados aún no se han finalizado. El presidente recurrió a su plataforma Truth Social para expresar sus preocupaciones, afirmando: “Se habla mucho de fraude masivo en Filadelfia. ¡¡¡Vienen las fuerzas del orden!!!” Esta acusación preventiva plantea dudas sobre su confianza, ya que las elecciones siguen siendo “demasiado reñidas para predecir un ganador”.
Ahí está. Está denunciando fraude desde el principio, tal como dijimos que lo haría. Esta es una clara señal de que se da cuenta de que está perdiendo.
pic.twitter.com/5AhYjU9u65— El Proyecto Lincoln (@ProjectLincoln)
5 de noviembre de 2024
¿Por qué apuntar a Filadelfia o Pittsburgh?
Si bien la estrategia de Trump de atacar estados clave no es nada innovadora, resulta desconcertante que se centre en Filadelfia, una zona en la que tiene pocas posibilidades de éxito. Durante las elecciones de 2020, Biden dominó la ciudad, obtuvo más del 80% de los votos y derrotó a Trump por casi 500.000 votos. Entonces, ¿por qué dirigir su retórica encendida contra una ciudad que históricamente no lo ha apoyado?
De manera similar, en Pittsburgh, Biden también salió victorioso, aunque por un margen más estrecho. Esto plantea la pregunta: ¿qué fundamento tiene Trump para afirmar que podría ganar en esos bastiones urbanos? Su discurso parece cada vez más desconectado de la realidad, lo que deja a muchos, incluido yo, desconcertados.
Mientras esperamos los resultados finales, es fundamental mantener la cautela ante las acusaciones infundadas de fraude de Trump. A pesar de su fanfarronería, nunca estuvo en condiciones de ganar en Filadelfia, por mucho que quisiera que así fuera. Con 19 votos electorales cruciales en juego, los votantes de Pensilvania decidirán en última instancia el resultado, pero los ataques preventivos de Trump son una señal de su creciente ansiedad.
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