¿Por qué molestarse en decir la verdad cuando se puede engañar repetidamente al público estadounidense? Esto parece resumir el enfoque de Donald Trump. Durante un evento de prensa en Mar-a-Lago , el expresidente hizo no menos de 18 declaraciones falsas en poco menos de una hora.
Como destacó un usuario perspicaz de X , “la campaña de Trump es esencialmente una estafa”. Y suena a verdad. Es desconcertante que un candidato presidencial se pare frente a una audiencia y la engañe deliberadamente, especialmente en una época en la que sus palabras pueden verificarse instantáneamente. Si bien no es raro que los políticos exageren la verdad sobre sus políticas, el alcance de este comportamiento es desconcertante.
Las falsedades comenzaron cuando Trump afirmó que la vicepresidenta Kamala Harris fue designada “zar de la frontera” por el presidente Joe Biden, alegando que ella tenía “total responsabilidad” por los problemas fronterizos. Esto es incorrecto; si bien Harris desempeñó un papel relacionado con la inmigración en 2021, no se refería a la gestión de fronteras.
Trump agravó esta desinformación al afirmar que Harris “permitió que más de 13.000 inmigrantes ilegales convictos ingresaran a nuestro país”, una afirmación que no tiene fundamento. Trump luego se refirió a Springfield, Ohio, y declaró: “Dejaron allí a 32.000 inmigrantes ilegales. Intentaron darle un giro legal, pero no es verdad. Extranjeros ilegales, 32.000 en una ciudad de 50.000, una comunidad encantadora, ahora sumida en el caos y sin saber cómo afrontar la situación”. Una vez más, esta afirmación carece de fundamento.
Las acusaciones se intensificaron cuando Trump declaró que una “pandilla” de Venezuela había “tomado por completo un pueblo” en Colorado. Una vez más, se trata de una falsedad flagrante. Parece estar inventando repetidamente escenarios para agitar a sus partidarios sobre cuestiones inexistentes. Si su audiencia se indigna con estas situaciones ficticias, es más probable que lo apoyen bajo la ilusión de que puede rectificar problemas que no existen.
Es desalentador ver cómo sus mentiras resuenan entre sus partidarios.
La verificación de datos lleva apenas unos segundos. Sin embargo, para muchos seguidores fieles de Trump, una investigación genuina parece innecesaria. Él puede presentar las declaraciones que quiera durante las conferencias de prensa y ellos las aceptarán sin cuestionarlas. Una reflexión sobre los intentos de JD Vance de socavar la verificación de datos durante los debates revela una tendencia similar: el deseo de presentar afirmaciones infundadas con poco respeto por la verdad. Trump refleja este comportamiento.
Ambos personajes comprenden que influir en las creencias de sus electores les permite propagar relatos que socavan los hechos presentados por sus oponentes. La campaña de Trump puede fácilmente cambiar el rumbo de la conversación, afirmando que las voces liberales son deshonestas, ¡cuando la situación real suele ser la contraria! Este reciente evento de prensa ejemplifica ese fenómeno. Sin nadie que lo cuestione, Trump dijo al menos 18 falsedades importantes sobre asuntos urgentes de nuestra nación. ¿Por qué? Porque cree que el engaño de alguna manera mejora su imagen.
No se sabe hasta dónde llegará para recuperar el cargo, pero es razonable especular que mucho de lo que dice será pura habladuría.
Crédito de las imágenes: Themarysue.com
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