Los malentendidos de Tucker Carlson sobre la tecnología nuclear
Los debates recientes dirigidos por Tucker Carlson revelan una importante laguna en la comprensión de la historia y la evolución de la tecnología nuclear. En una conversación con Steve Bannon, Carlson hizo una afirmación intrigante: nadie puede señalar con exactitud el momento en que la humanidad reconoció la tecnología nuclear, sugiriendo, en cambio, que es el resultado de fuerzas demoníacas.
Control de la realidad: El Proyecto Manhattan y la prueba Trinity
Durante su diálogo con Bannon, ambos ahondaron en el legado de la Segunda Guerra Mundial, haciendo referencia concreta al Proyecto Manhattan. Sin embargo, Bannon se refirió a él por error como el “Proyecto Trinity”, un nombre inapropiado que se deriva del nombre de la prueba de la bomba atómica. Además, aunque Bannon atribuyó el término “Trinity” a la mitología hindú, en realidad hace referencia a un poema de John Donne.
Citando erróneamente a Oppenheimer
La conversación tomó otro giro erróneo cuando Bannon citó incorrectamente la famosa frase de J. Robert Oppenheimer: “Me he convertido en muerte, destructor de mundos”. En lugar de indicar una falta de espiritualidad, la cita de Oppenheimer refleja un profundo reconocimiento de la mortalidad y lo divino, un punto que Bannon pasó por alto.
Tucker Carlson afirma que no fueron las “fuerzas humanas” las que crearon la tecnología nuclear, sino los demonios.
“Nunca he conocido a una persona que pueda identificar el momento en que la tecnología nuclear se hizo conocida por el hombre…” pic.twitter.com/Sml55hUF3t– Justin Baragona (@justinbaragona) 4 de noviembre de 2024
Las lecciones de Oppenheimer
Curiosamente, la afirmación de Carlson sobre las implicaciones morales del uso de la tecnología nuclear coincide con los temas destacados de la película ganadora del Oscar de Christopher Nolan, Oppenheimer . La película retrata cuidadosamente las luchas de J. Robert Oppenheimer con las consecuencias éticas de sus actividades científicas, destacando el alto precio que el desarrollo de las armas atómicas impuso a la humanidad.
Para Carlson, quien cuestiona los orígenes de la tecnología nuclear, ver a Oppenheimer habría proporcionado información valiosa sobre los intrincados y deliberados procesos detrás de la creación de la bomba atómica, incluidos relatos detallados de la investigación del Proyecto Manhattan.
Conclusiones equivocadas
A pesar de la disponibilidad de información, Carlson recurre a tejer relatos sin fundamento. Vinculó de manera polémica los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki con un argumento más amplio sobre la violencia contra los cristianos desde 1945, ignorando el contexto histórico que configura esos acontecimientos.
Al final, aunque el comentario de Carlson intenta plantear preguntas sobre la moralidad del descubrimiento científico, en última instancia revela una incomprensión fundamental de la historia y las consideraciones éticas inherentes a tales avances.
Como saben muchos espectadores de Oppenheimer , la historia no tiene orígenes místicos, sino que está profundamente arraigada en la investigación humana, la moralidad y la responsabilidad.
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