La película Cellar Door gira en torno a una pareja que ha sufrido la agonía de un aborto espontáneo. Como alguien que ha afrontado los desafíos de la infertilidad, considero que el terror puede ser un medio poderoso para ahondar en los temas de la paternidad y el dolor de perder a un hijo. Desafortunadamente, Cellar Door opta por elementos melodramáticos de relación.
Dirigida por Vaughn Stein, Cellar Door sigue a John (interpretado por Scott Speedman) y Sera (interpretada por Jordana Brewster), una pareja que lidia con el dolor de un aborto espontáneo después de concebir mediante FIV. Inesperadamente, heredan la casa de sus sueños de un benefactor adinerado (Lawrence Fishburne), pero con una condición peculiar: nunca deben abrir la puerta del sótano.
Esta premisa es intrigante. Los entusiastas del terror pueden recordar películas como *The Babadook*, *Huesera (The Bone Woman)* o la franquicia *Friday the 13th*, cada una de las cuales refleja los sentimientos y la pérdida de los padres. Desafortunadamente, *Cellar Door* no aprovecha este potencial. El deseo de la pareja de ser padres se ve eclipsado por un melodrama poco inspirado que recuerda a la televisión de principios de la década de 2000, junto con un misterio central que pierde importancia a medida que se desarrolla la trama.
Personajes con influencia y riqueza
La película presenta de manera eficaz a John y Sera mientras eligen colores para la habitación de su bebé, lo que permite conocer sus personalidades y dinámicas como pareja. Parecen una pareja agradable y con la que es fácil identificarse.
Después del aborto espontáneo de Sera, hay una escena fugaz en la que ella se sienta desanimada al piano y declara: «No podemos quedarnos aquí» (refiriéndose a su lujoso apartamento en la ciudad). John responde: «Lo sé». Al momento siguiente, están buscando un nuevo hogar en un entorno más tranquilo. ¿Qué los llevó a creer que responder a la pérdida de un bebé significaba desarraigar sus vidas? ¿Qué características justifican la venta de su apartamento y embarcarse en la búsqueda de una casa? ¿Dónde estaba el diálogo o el conflicto con respecto a esta decisión?
Si bien es comprensible que se evite vivir en un lugar lleno de recuerdos traumáticos, vale la pena señalar que muchas personas sufren abortos espontáneos y la mayoría no puede simplemente seguir adelante para esquivar sus recuerdos. No obstante, la trama necesitaba una progresión.
Esta situación me recordó la historia de Flashpoint de The Flash, donde Barry Allen usa su velocidad para alterar las líneas temporales con el objetivo de salvar a su madre. Después de perder a mis padres, me vi obligado a enfrentar y aceptar sus muertes en medio de mi dolor. A diferencia de los superhéroes, la mayoría de las personas carecen de la capacidad de cambiar mágicamente su pasado. Esta representación poco realista me irritó, ya que las habilidades sobrenaturales permiten a estos personajes eludir el peso del dolor y la salud mental, distraídos por emocionantes aventuras.
En cambio, una película centrada en experiencias humanas reales debería tener un eco diferente. La realidad es que John y Sera evitan afrontar su dolor y prefieren sumergirse en una búsqueda de una casa y el drama que le sigue. Una narrativa bien elaborada suele mostrar la evolución de los personajes, pero Cellar Door deja a sus protagonistas sin cambios, sin lecciones aprendidas.
¿Por qué dos mujeres están obsesionadas con este mentiroso aburrido?
Yo esperaba que una película que trata sobre una pareja que ha sufrido un aborto espontáneo pudiera tener como protagonista a una mujer fuerte. Sin embargo, nos vemos obligados a aceptar que, en lugar de enfrentarse a su pareja infiel (que la engaña de muchas maneras), Sera toma medidas extremas para retenerlo. Aunque es matemática y aparentemente valora las decisiones razonadas, se comporta de manera irracional en varios puntos sin ninguna indicación previa.
Por el contrario, la “otra mujer”, Alyssa (Addison Timlin), lucha por comprender la negativa de su pareja a dejar a su esposo y se involucra en acciones cada vez más dañinas. Aparecen elementos del movimiento #MeToo, pero están mal ejecutados, lo que potencialmente refuerza la narrativa de que muchas mujeres que denuncian abusos o agresiones son deshonestas.
En esencia, la película retrata a sus personajes femeninos más destacados como “locos”, lo cual es bastante decepcionante. Además, ambas mujeres están obsesionadas con un hombre poco impresionante. John es presentado como una figura superficial, libre de actuar sin consecuencias, mientras que sus repercusiones finales no logran instigar ningún cambio personal.
Esto podría haber sido aceptable con una mejor narración
Estos arcos argumentales y opciones narrativas podrían haber tenido éxito con una dirección más hábil. Desafortunadamente, Cellar Door no cumple con ese objetivo. Lo que comenzó como una exploración potencialmente conmovedora del duelo se convierte en una saga melodramática de dos mujeres que compiten por el afecto de un hombre que hace todo lo posible por evadir la realidad.
Esta lucha se enmarca en términos más serios de lo que amerita la trama. La condición de no abrir nunca la puerta del sótano se describe como una metáfora de… ¿algo? Sin embargo, esta noción carece de una verdadera exploración o resolución. Además, la calidad general de la película (su cinematografía, paleta de colores y actuaciones de apoyo) sugiere una producción más adecuada para Lifetime que para un estreno en cines. Si bien Lifetime tiene su propio encanto distintivo, esta película necesitaba una mano más capaz en la narración para abordar sus temas inquietantes. En cambio, Cellar Door finalmente decepciona.
*Cellar Door* de Lionsgate llega a cines selectos y plataformas digitales el 1 de noviembre.
Crédito de las imágenes: Themarysue.com
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