
My Hero Academia es famosa por sus cautivadores arcos de redención; sin embargo, la aceptación de estos cambios entre los personajes puede generar un intenso debate entre los fans. Mientras algunos argumentan que ciertos personajes merecen perdón, otros insisten en que sus acciones pasadas los descalifican para la redención. Un punto central en estas discusiones es Endeavor, pero el arco de redención de otro personaje incita conversaciones igualmente apasionadas: Bakugo Katsuki.
La transformación de Bakugo es notable, empezando por su carácter inicial, abrasivo e implacable. Muchos espectadores lo consideraron inicialmente intolerable, cometiendo actos que fácilmente podrían calificarse de imperdonables. Sin embargo, un análisis más detallado revela que su camino hacia la redención es auténtico y crucial. Quienes critican su redención a menudo pasan por alto aspectos cruciales; su arco argumental no trata de absolver el pasado, sino de confrontarlo y evolucionar a partir de él. Para quienes dudan de su crecimiento, quizás sea necesario reevaluar la verdadera esencia del cambio.
Descargo de responsabilidad: este artículo contiene las opiniones del autor e incluye spoilers tanto del anime como del manga.
Abordando la controversia en torno a la redención de Bakugo

El debate sobre si Bakugo Katsuki merece la redención suele dividir a la afición. Algunos afirman que no, mientras que otros sostienen que, gracias a su importante crecimiento personal, se ha ganado una segunda oportunidad. El quid de la cuestión reside en la tendencia a juzgar a Bakugo comparándolo con su yo anterior, en lugar de reconocer los enormes avances que ha logrado para convertirse en una mejor persona.
La verdadera redención no implica borrar las malas acciones del pasado; requiere reconocer esos errores y demostrar un cambio genuino con acciones posteriores. Bakugo ha logrado encarnar este principio de forma notable. Aunque comenzó su trayectoria como un acosador, atormentando infamemente a Izuku Midoriya en la secundaria, ha tomado medidas sustanciales para rectificar sus errores del pasado.

Al ingresar a la preparatoria UA, Bakugo inició cambios significativos. A diferencia de muchos antagonistas que justifican sus comportamientos dañinos, Bakugo expresó abiertamente su arrepentimiento. Reconoció sus errores anteriores y se comprometió a mejorar como persona.
Lo que distingue a Bakugo es que su redención se manifiesta no solo en palabras, sino también en acciones. Sus múltiples disculpas a Midoriya, sumada a actos de heroísmo tangibles —como arriesgar su vida para salvarlo—, ilustran su sinceridad. Este altruismo contrasta marcadamente con la persona que una vez fue.
Los críticos podrían argumentar que un año es insuficiente para compensar años de acoso. Sin embargo, la redención no está limitada por el tiempo; depende del crecimiento y el esfuerzo genuinos. Durante el último año, Bakugo ha demostrado continuamente que se ha transformado en alguien completamente diferente.

Durante los siguientes ocho años, el viaje de Bakugo ilustra aún más su dedicación por mejorar sus relaciones, como lo evidencian sus intentos de invitar a Midoriya a colaborar en un equipo de héroes, lo que indica su genuina preocupación por su vínculo.
Quienes desestiman la redención de Bakugo se asemejan al personaje Stain en sus rígidas interpretaciones del crecimiento personal. Siendo realistas, las personas no nacen con la perfección inherente, especialmente durante sus años de formación. Lo que realmente importa es si uno aprende de sus errores. Bakugo era aún un niño cuando se portó mal, y el crecimiento que ha exhibido refleja un cambio significativo, marcando su camino hacia una mejor persona.
Reflexiones finales
La narrativa que rodea el arco de redención de Bakugo en My Hero Academia se centra en el reconocimiento y el crecimiento personal, más que en la destrucción de su pasado. Considerado una vez despiadado, Bakugo ha aceptado su responsabilidad y se ha esforzado por reformar su carácter.
El progreso no debe medirse solo por el paso del tiempo, sino por el esfuerzo realizado para superarse. Quienes siguen refutando su redención podrían estar aferrándose a una perspectiva demasiado rígida sobre el cambio. Si bien Bakugo no es perfecto, ciertamente no es la persona que solía ser; esto ejemplifica la esencia de la verdadera redención.
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